El caso del nene de 9 años que terminó internado porque, supuestamente, sus compañeros de una escuela de Rawson lo habían asfixiado cambió por completo. Mientras el Ministerio de Educación investigaba el caso de un bullying extremo en la escuela de calle Vidart y 5, los médicos del Hospital Rawson denunciaron a la abuela del menor porque creen que lo quemaba con ladrillos calientes a modo de castigo.  Los profesionales detectaron las quemaduras en la cola y otras partes de su cuerpo y se cayó la versión que la abuela había dado sobre los supuestos maltratos en la escuela. Ahora la investigada es ella por presunto maltrato infantil.  El caso es llevado por el Quinto Juzgado Correccional y ya intervino la asesora de menores Patricia Sirera.