En medio de las celebración por el Día de la Independencia de Estados Unidos el 4 de julio pasado, Erik Mendoza, un residente de Los Ángeles se dio cuenta de que su abuelo de 91 años se había perdido. En un principio, pensó que había salido a dar una vuelta como hacía todos los días y lo buscó por el barrio. En determinado momento, vio que en la vereda había un rastro de sangre. Según contó Mendoza a The Washington Post, Rodolfo Rodríguez, su abuelo mexicano y un residente permanente de Estados Unidos hace ya muchos años, había sido atacado con un ladrillo y llevado a un hospital con la mandíbula y dos costillas rotas. Misbel Borjas, una testigo que vio todo lo ocurrido, declaró a la Policía local que la mujer lo empujó, lo tiró al piso y lo golpeó varias veces con un ladrillo de cemento y le gritó: "Volvete a tu país". Borjas manejaba cerca del lugar donde Rodríguez era atacado por la mujer, intentó estacionar para interceder por el hombre. "Traté de ayudarlo, pero la mujer me dijo 'si venís hasta acá voy a pegarle a tu auto con el mismo ladrillo'", contó. Borjas fotografió a la atacante y luego llamó al 911. Minutos después, sin embargo, el ataque continuó. Un grupo de jóvenes acusó a Rodríguez de "acosar" a la mujer. Lo patearon y le pisaron la cabeza, mientras él intentaba protegerse tirado en el piso. La testigo publicó la historia, con imágenes, en su muro de Facebook. Mendoza, el nieto de Rodríguez, no se enteró de lo que había pasado hasta tarde en la noche. "No podía creer que alguien le había hecho daño a mi abuelo", dijo. "¿Qué peligro representa un hombre de 91 años?", aseguró. Rodríguez fue dado de alta del hospital a los pocos días. Su familia creó una campaña en el sitio GoFundMe para que los ayuden a pagar los costos de su recuperación.