La estadounidense Elizabeth Starr se implantó 4000 cc de silicona en sus senos y ahora su vida corre peligro. La actriz porno se ha hecho más de 60 cirugías para lucir una de las delanteras más grandes del mundo y pese a los riesgos se resiste a extraerse las prótesis. Starr tiene 47 años y uno de los sacos de propileno que se implantó en 1999 le ha provocado severos trastornos. La prótesis está diseñada para ir creciendo, absorviendo los fluidos del organismo, pero ha empezado a perder líquido y de acuerdo con los médicos está al borde de una infección que podría convertirse en un "desastre mamario". La infección ha comido mucho tejido y ha dejado un agujero en el seno de la actriz, la afección además le produce mucho dolor pero ella se niega a extraérse los implantes y espera que los médicos encuentren otra alternativa. Starr lleva gastados 260 mil dólares para tratar de reparar el daño pero la prótesis sigue creciendo. Fuente: MDZ