El centro de salud del sur mendocino entregó la placenta para que puedan realizar una ceremonia ancestral de ese pueblo originario, que consiste en enterrarla y plantar un árbol sobre ella. “Milenariamente la cosmovisión mapuche entiende que le tenemos que devolver a la tierra hasta nuestras propias pertenencias”, explicó a Télam el abuelo del pequeño, Ángel Napoleón, o Nehuel Mapuleo, como es su nombre mapuche. Nehuel, quien es lonko o cacique de una de las comunidades mapuches en San Rafael, dijo que para ellos la placenta no es "un desecho o un descartable”, pues fue útil durante nueve meses dándole cobijo al bebé en gestación, informan los colegas del diario Mendoza Post. “Tradicionalmente el pueblo mapuche le agradece a la placenta haber mantenido viva a esa criatura en el vientre de su madre y se le da la posibilidad de ir a la tierra y plantar un árbol sobre ella”, añadió sobre esta tradición de su cultura. El cacique señaló que así "el día de mañana ese niño tiene un lugar en donde ir a fortalecerse” y añadió: "¡Sí cada ser humano plantará un árbol, en qué paraíso viviríamos!". Según esta cultura originaria, la placenta debe ser enterrada debajo de un árbol nativo o frutal y de esa manera se dará protección y fortaleza física al recién nacido. El bebé, quien es hijo de Ángela Napoleón y su compañero Fernando, nació este domingo a las 8.48 con un peso de 2,810 kilos, comentó su abuelo y agradeció la actitud de las autoridades del hospital y del médico que atendió el parto. “Qué bonito que un hospital que es español respete la diversidad cultural”, subrayó el cacique mapuche, oriundo de San Rafael. Y agregó: “en la medida en que nos vamos respetando unos a los otros vamos a poder coexistir mejor con la sagrada unidad”. Fuente: Telefe