La cirugía de amígdalas se llama amigdalectomía y se trata de una de las más antiguas de la que se tiene relato en la historia de la medicina y también la que sufrió grandes controversias. La explicación a eso reside en que hasta la década de los 70 y 80 se operaron las amígdalas por cualquier motivo por lo que los resultados no eran los esperados. Además, se agregaba que el acto quirúrgico era con poca o ninguna anestesia. Esto hacía tanto en el caso de que los operados fueran niños como adultos, los mismos quedaban con un doloroso recuerdo para toda la vida. Esto desató una controversia, la de querer operar a todos a no querer operar a ninguno. Y surgió como consecuencia la aparición de una importante cantidad de mitos, que hoy por hoy, no condicen con la realidad. 1 ) No operes a tu hijo porque se volverá asmático. La realidad es que en la actualidad se acepta que aquellos niños que sufren de asma o de patología de la vía aérea inferior, mejoran considerablemente, y es menor la necesidad de medicamentos como por ejemplo inhalantes. 2 ) No operes a tu hijo porque sufrirá un daño psicológico. También es totalmente falso, basado en los siguientes ítems: A ) No se debe mentir acerca de la cirugía a realizar, obviando el término cirugía u operación, delante del niño se puede explicar que se realizará una limpieza, sobre aquello que está afectando su calidad de vida. B ) Explicar pacientemente que la anestesia a usar no es por vía endovenosa, sino que se usará una máscara tipo nebulización, dejando claro que no se trata de un acto agresivo. Posteriormente cuando el niño está dormido, será intubado, para asegurar la entrada de aire. C ) Para poder cumplir con este requisito se aconseja que el niño debe estar siempre acompañado y que uno de los padres debe ingresar con él al quirófano y esperar a que se comience a dormir para retirarse del mismo. D ) Es importante dejar claro que posteriormente a la limpieza, tomará mucho helado. 3 ) No operes a tu hijo porque aún es muy chico. Ante la necesidad de mejorar la calidad de vida, la edad no es un impedimento. Se necesita dejar claro que la cirugía de amígdalas y/o de adenoides, se basa en 3 pilares fundamentales. El primero es el lugar donde se realizará la cirugía, y es importante tener en cuenta la necesidad de mesas de anestesia modernas, que permitan monitorear, los signos vitales del paciente a operar, como la frecuencia cardíaca y respiratoria y la concentración de oxígeno en sangre durante todo el acto quirúrgico. El segundo es la formación del equipo quirúrgico, sobre todo en caso de niños se necesita de la experiencia de un anestesista pediátrico. Y en el tercero cuenta la experiencia del cirujano que realizará la intervención. Con estos tres elementos está prácticamente asegurado el éxito quirúrgico, con porcentaje de complicaciones casi nulos. Ante la correcta indicación de la cirugía, mejorará la calidad de vida del paciente y también de su entorno familiar. Para lograr este objetivo se necesita generar la multidisciplina entre el pediatra y el otorrinolaringólogo. Fuente: TN.