El autor principal Adam Jakus de la Universidad del Noroeste, tuvo la idea después de atestiguar un derramamiento muy extraño del producto químico en el laboratorio. Jakus había estado tratando de confeccionar tinta 3D que le permitiera imprimir ovarios. El recipiente de líquido lleno de células se volcó, y cuando Jakus llegó a él, la tinta se había secado en una hoja plana. "Cuando traté de recogerlo, se sintió fuerte. La bombilla se encendió en mi cabeza, podría hacerlo con otros órganos." Explicó Jakus. El equipo de investigación hizo papel de seis tipos de tejido de vaca o porcino: ovario, útero, riñón, hígado, corazón y músculo. El papel contiene una estructura de cada tipo de tejido, así como un ambiente alentador en el cual las nuevas células sanas pueden florecer. El papel de seda flexible y plegable tratado con células de médula ósea humana se convirtió en un vivero animado para las células. Después de cuatro semanas, todas las células originales se habían unido y reproducido. La científica de reproducción Teresa Woodruff, probó el papel en su laboratorio encontrando que el papel hecho con tejido ovárico podría ser utilizado para crecer células funcionales, productoras de hormonas. "Esto podría proporcionar otra opción para restaurar la función hormonal normal a los pacientes de cáncer jóvenes que a menudo pierden su función hormonal como resultado de la quimioterapia y la radiación", explicó.