Sabado 23.11.2024
Actualizado hace 10min.

¿Por qué cada vez más autos no traen reloj de temperatura del motor?

Antes eran fundamentales para mantener la temperatura del motor, pero gracias a los avances tecnológicos ya no son tan necesarios.

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Los motores de combustión interna deben trabajar a una temperatura específica para lograr el mejor rendimiento. Un motor tanto frío, como caliente, pierde rendimiento, y si la temperatura del líquido refrigerante sobrepasa lo tolerable, podría causar hasta la rotura definitiva de alguno de sus componentes. Sin embargo, en la actualidad el reloj de temperatura del refrigerante del motor no es una herramienta imprescindible ¿por qué?

En tiempos pasados era común que la temperatura se eleve en ciertas condiciones, por ejemplo, al atravesar un embotellamiento, o ante altas exigencias. Con la tecnología, este problema fue desapareciendo gracias a la implementación de electroventiladores con diferentes velocidades, termostatos y radiadores con mejor disipación del calor.

El cliente más conservador busca y reclama indicadores de temperatura del refrigerante del motor analógicos porque dan mayor seguridad. Pero muchos automóviles actuales, principalmente los más económicos, prescinden de él. En su lugar emplean un alertador luminoso que se ve de color azul cuando el motor está frío, desaparece del tablero cuando alcanza la temperatura de trabajo y se enciende de color rojo cuando hay peligro de recalentamiento.

En la mayoría de los autos actuales, una vez que los valores llegan a la temperatura ideal (sobre la mitad del recorrido) permanecen sin variaciones, por más exigencia y horas de uso que estemos al volante.

Es que los sistemas de refrigeración han avanzado, pero también detrás de todo esto, hay algunas trampas. Cuando el reloj de temperatura marque 90 grados, difícilmente la temperatura del agua esté a esa “temperatura sagrada”. En realidad, muchos motores trabajan a mayor temperatura que la indicada por el reloj, incluso pueden llegar a sobrepasar los 100 °C.

También los tableros actuales pueden mantener un margen de error de +/- 5 °C sobre la temperatura ideal de funcionamiento, sin que la aguja sufra variación alguna. La computadora del auto, o ECU, en cambio, recibe la temperatura exacta por parte de los sensores para optimizar el funcionamiento de todos los componentes mecánicos.

Este “engaño” es pura y exclusivamente para que el conductor no se sobresalte al ver que el marcador cambia de posición de manera persistente, lo que podría conllevar a establecer distracciones al volante. Su poca utilidad, sumada al mayor costo que conlleva en la fabricación, hace que muchos modelos actuales ni lo ofrezcan.

Cuando surge el problema

Se supone que mientras el auto está en buenas condiciones, y no presenta fallas o pérdidas de fluidos, el reloj físico de temperatura será un complemento inútil del tablero. Ahora bien, con el tiempo, son varias las piezas que pueden fallar, momento en el que el hecho de tener un indicador que nos de un panorama de la situación de la máquina térmica, será más que bienvenido.

Por eso, siguiendo la tendencia avanza industrial, en muchos automóviles modernos solo tendremos una luz (alertador luminoso) que advertirá que la temperatura alcanzó los 120 °C, un aviso que, eventualmente, puede llegar demasiado tarde… 

Fuente: Revista Parabrisas