Martín Rubén Martín y Alejandro Tarsia son los fundadores de la primera escuela de pilotos de drones del país. Si bien en su momento trabajaron junto a la Administración Nacional de Aviación Civil con la confección de permisos y habilitaciones para volar, seguramente no imaginaron que formarían parte de la búsqueda del avión Mitsubishi matrícula LV-MCV. La nave, tripulada por los pilotos Matías Ronzano, Emanuel Vega y por su dueño, el empresario Matías Aristi, fue hallada en Entre Ríos, a orillas del río Paraná, después de 27 días de una búsqueda frenética y gracias a la ayuda de las nuevas tecnologías. ¿Cuál era la misión de los pilotos de los drones? Una de las autoridades de ANAC consultadas por Infobae lo resumió: "Los aviones y helicópteros son como brochas de pintor: dan grandes pinceladas cubriendo el terreno. El drone es como un pincel fino, puede meterse en los rincones y en los bordes donde la vista del piloto de aeronaves convencionales no llega". Dispuestos a cumplir con lo solicitado, Martín y Tarsia convocaron a ex alumnos (todos debían tener su habilitación de vuelo vigente) a los que les requirieron además que aporten sus propios equipos. Y en poco más de dos días consiguieron montar un sistema de patrullado integrado por binomios (un operador y un observador/asistente) que estuvieron a las órdenes de la autoridad aeronáutica hasta prácticamente el desenlace ocurrido en la tarde del pasado sábado. En tanto las condiciones meteorológicas lo permitieron, cada mañana a las 9, un puñado de "droneros" se presentó en la oficina del comité de búsqueda ubicada en una pequeña sala del aeropuerto internacional de San Fernando para recibir órdenes. El coordinador de turno de ANAC les asignó a cada binomio una zona de búsqueda sobre la cual se debería filmar cada milímetro de terreno a una altura promedio de 100 mts. Los pilotos y sus ayudantes eran embarcados en helicópteros de alguna de las fuerzas federales puestas a disposición de la búsqueda o en unidades navales de la Prefectura y se los transportaba hasta el terreno de operaciones. Las misiones tuvieron una duración de 2 a 3 horas en promedio, al término de las cuales los binomios eran recogidos y devueltos a la base de operaciones. En cada regreso, un coordinador de ANAC recolectaba las tarjetas de memoria de los distintos drones y las imágenes obtenidas se iban acumulando en un server de la autoridad aeronáutica para su análCon el pasar de los días, los pilotos de drones se ganaron el respeto del resto de los especialistas de la búsqueda. También hubo que aprender a conciliar las responsabilidades laborales con los factores emocionales de una búsqueda tan dramática. Uno de los pilotos de drone consultados por Infobae detalló al borde de las lágrimas que no podía evitar al término de cada jornada acercarse al bar de la estación aérea para llevar una palabra de aliento a las familias de los tripulantes del avión siniestrado, quienes siempre esperaban alguna noticia que mitigara la profunda incertidumbre en la que estaban sumergidos.isis posterior.