Si bien la tecnología absorbe la atención de los niños con teléfonos, tabletas y juegos online, también existe un costado educativo que puede aprovecharse. Un juego online recurre a los tradicionales ladrillitos para introducir a los más chicos en el diseño de robots de manera divertida. La práctica de jugar construyendo robots ya llegó a la Argentina, con sus ladrillitos especiales dotados de sensores y motores que, una vez programados por los propios chicos, adquieren movimiento a través de una computadora, como ocurre en algunas películas de ficción aunque en menor escala. Gonzalo, por ejemplo, tenía nueve años y no se cansaba de repetir que quería hacer “robots” como su papá, un empresario que los fábrica de verdad, en su caso brazos robóticos industriales como los que le ponen las tapitas a las gaseosas. Fuente: Télam