Este martes llegaron 35 refugiados de Siria a Italia. Con esto, el país europeo alcanzó las 900 personas acogidas sanas y salvas, desde el país asiático, gracias a los corredores humanitarios que impulsa la comunidad católica San Egidio y que han sido replicados en Francia. El vicecanciller italiano, Mario Giro, encargado de recibir a los refugiados en la terminal 3 del aeropuerto Fiumicino, aseguró: "Los gobiernos italianos han buscado equilibrio entre solidaridad y seguridad. Eso hemos tratado y no es fácil, más allá de los gritos de racismo que sentimos a veces incluso en nuestro país".  "No debemos culpar a los pobres, no es su culpa ser pobres. Así como no es culpa del refugiado serlo, ni es culpa de nuestros amigos que llegaron hoy haber tenido que abandonar su casa", planteó el funcionario de la diplomacia italiana al dar la bienvenida a hombres, mujeres y niños que serán alojados en distintas ciudades de la península. "Los italianos frente a este fenómeno no podemos cambiar nuestra naturaleza, nuestra dignidad. Esperamos que Europa también se involucre en esta responsabilidad común", agregó.