Al parecer los días de la línea de financiamiento productivo de préstamos a tasa subsidiada para pymes y grandes empresas estén contados. Esto es lo que dejó trascender Federico Struzenegger en un encuentro organizado ayer por la Asociación Empresaria Argentina (AEA) hizo una dura crítica al concepto de crédito subsidiado. "Entre los muchos cambios culturales por hacer, necesitamos desterrar de nuestro léxico de política económica este concepto de crédito subsidiado, cuyo único logro es mantener el sistema financiero en la postración", dijo Sturzenegger ante empresarios y ejecutivos de multinacionales. Para el Central, el fuerte crecimiento que está mostrando la demanda de crédito en estos meses estuvo hasta ahora alimentado por el exceso de liquidez de los bancos. Sin embargo, dijo Sturzenegger, pronto este fondeo no dará abasto, con lo cual las entidades financieras deberán "apelar a quien hasta ahora han descuidado: el depositante". El funcionario se mostró confiado en que tarde o temprano los bancos deberán pagarles a los depositantes tasas en pesos atractivas en términos reales, esto es, que superen la inflación. "Tasas reales positivas provocarán un giro virtuoso hacia la inversión, lo que hará el proceso de desarrollo más sustentable y duradero", dijo Sturzenegger. "De esta forma -acotó-, saldrá de escena el crédito subsidiado, extremadamente dañino para nuestro sistema financiero, porque lo único que lograba era que nunca se le pudiera retribuir al depositante lo que éste quería para intermediar su dinero en el sistema financiero. Y si no se le retribuía, no ahorraba, y si no ahorraba no había con qué dar crédito. Con lo cual todo se tornaba una lucha cada vez más estéril para ver quién se aprovechaba de una torta cada vez más chica". el presidente del BCRA evitó dar detalles sobre si planea o no extender a fin de año la línea de crédito productivo, que se ideó durante el kirchnerismo y que se vino renovando, cada seis meses, desde entonces. "Sólo voy a decir lo que está en el discurso", se excusó. Durante su exposición, Sturzenegger aprovechó para reafirmar ante empresarios su estrategia contra la inflación. "El BCRA seguirá definiendo su política en la búsqueda del cumplimiento de sus objetivos", que para 2018 es de una inflación del 10%, con una variación de más o menos 2%. "Si la dinámica de precios no converge a ese valor -advirtió-, el BCRA deberá persistir en el sesgo contractivo que viene llevando y con el que se ha logrado conducir la inflación interanual al orden del 21%, y la de los últimos tres meses, a valores cercanos al 18%". Más claro: mantendrá alto el nivel de la tasa de interés testigo si así lo requiere la persistencia de la inflación. Fuente: La Nación