Sebastián Fabregas junto con su socio arrancaron navegando en el Cuesta del Viento hace diez años y sumado a esto, tuvieron la gran aventura de poder estar en Hawai, en Nueva Zelanda y en Brasil trabajando. De allí surge la idea de generar algo respecto a la actividad, pero enfocado en el dique de Ullum. Según contó Sebastián a DAME NOTICIAS, tanto él como su socio pensaron: “Apostemos acá, apostemos al Dique de Ullum, es un dique que tiene características para navegar inigualables, tenés vientos suaves todos los días, y estos vientos son accesibles para dar clase y además lo más importante tenés un dique que está ubicado a 15km de la ciudad de San Juan”. Así es como surge la escuela “Todos al agua” que en su principio arrancó con muchas ganas y muchas expectativas, pero sin saber lo que podría llegar a pasar ya que el windsurf como deporte, estaba más ligado al Dique Cuesta del Viento. En la escuela se enseña windsurf,  surf standup paddle y kitesurf, pero esta última se realiza en Cuesta del Viento porque requiere más viento para realizar la actividad. “Todos al agua” tiene como objetivo llegar a un público general. Nosotros queremos desarrollar un windsurf que sea para todos, desde chicos de 4 años, hasta personas de 60 años, todos pueden aprender a navegar a vela”, expresó Sebastián. El nombre que pensamos es justamente porque creemos que no hay excusas y que todos pueden meterse al agua a practicar esta actividad, ya que no es un deporte extremo y para lograr invitar a todos para que por lo menos se acerquen y prueben. “Nosotros arrancamos en temporada, en diciembre, y todas las actividades que realizamos las coordinamos según días y horarios con las personas que van a tomar clase. Pero nos sucedió que terminamos yendo todos los días al dique” agregó. En las redes sociales publicitamos todas las actividades que realizamos para que la gente esté al tanto de las actividades que se van a desarrollar. A partir de ahí la gente se contacta y se coordina el día y el horario. Por lo general se va en las siestas o en las tardes y los fines de semana también ya que son los días que por ahí la gente más puede y además quieren aprovechar el viento y el calor sanjuanino. El curso clásico tiene entre tres y cuatro clases de dos horas cada una. En primer lugar, se realiza un curso de navegación a vela para que los navegantes tengan independencia y puedan entrar solos al agua a navegar y a partir de ahí acompañarlos para que ellos sigan progresando. Los chicos cuentan con todos los elementos necesarios y de seguridad. “Tenemos trajes de neoprene y salvavidas ya que hicimos una inversión y compramos equipos de escuela que son los mejores del mundo para enseñar a navegar”.