Uno de los graves problemas de la penetración de toda clase de pantallas (celulares, tablets, PCs y otros) es el ojo seco. Pero veamos de qué se trata. Cada lágrima posee tres capas: una proteica (mucina) -que está en contacto con la superficie corneal-, la del medio (que es más abundante en agua), y la externa, que contiene lípidos. A su vez, el margen del párpado contiene varios orificios diminutos que segregan lípidos (aceite) sintetizados en las glándulas de meibomio, que son sebáceas y se encuentran detrás de las pestañas. Hay 50 en el párpado superior y 25 en el inferior. Por su efecto lubricante, este aceite disminuye la fricción entre párpado y córnea, y reduce la evaporación del film lagrimal. La disfunción de estas glándulas modifica la capa lipídica y altera la calidad de la lágrima. Esta patología se produce por obstrucciones en las bocas glandulares. Causa enrojecimiento, edema de párpado, aumento de la frecuencia de parpadeo, sensación de cuerpo extraño y visión fluctuante entre parpadeos. "Para establecer qué tipo de ojo seco se padece, hay que realizar exámenes exhaustivos de la lágrima y de la superficie ocular con un microscopio oftalmológico denominado lámpara de hendidura. Por otra parte, es importante descartar las patologías enmascarantes, es decir, que parecen, pero no son. Existen varias enfermedades inmunológicas cuyo primer síntoma es el ojo seco", explicó el médico oftalmólogo, especialista en córnea y superficie ocular Rogelio Ribes Escudero, quien es miembro de la Sociedad Argentina de Superficie Ocular. Además, detalló: "Hay que medir la cantidad de lágrima producida, la calidad de sus diferentes capas, realizar cultivos de secreciones conjuntivales, examen microscópico de pestañas y una meibomiografia infrarroja, estudio que permite obtener imágenes en vivo de las glándulas de meibomio para evaluar hay atrofia y bloqueos". La principal causa de la disfunción de las glándulas de meibomio es la obstrucción de sus orificios, producto de coágulos lipídicos o de membranas fibrosas que cubren los poros de drenaje. "Esto origina un sobrecrecimiento de las bacterias en el interior de las glándulas y en la base de las pestañas -apuntó el especialista-. Estos microorganismos sintetizan toxinas que promueven la inflamación en el párpado y en la superficie ocular". Como se trata de una patología crónica, con el paso del tiempo, las bacterias van formando un escudo que las protege de los antibióticos -denominado biofilm-. Es por eso que el tratamiento de esta patología consiste en la refuncionalización de las glándulas de meibomio. Para ello, existen dos pilares en el procedimiento: desbloquearlas y tratar el sobrecrecimiento bacteriano. "Para desbloquearlas en los casos en que son por coágulos lipídicos, se utiliza calor para derretirlos. Hay máscaras y dispositivos que se emplean en los consultorios oftalmológicos, que se usan para dar calor de manera constante, disolviendo y fragmentando los coágulos. Si existe una membrana que obstruye estas glándulas, hay que desbloquear con una exfoliación en su borde, mientras que en situaciones más severas hay que canalizarlas de forma endoscópica", puntualizó Ribes Escudero. Fuente: Infobae