Las patentes están tan ligadas al mundo automotor a tal punto que la ausencia de estas en un vehículo puede llegar a ser unos delitos graves. Algunas son bizarras, otras con carga de superstición, pero en todo el mundo hay placas muy curiosas para comentar. El concepto de identificación de un auto nació en Francia en la última década del siglo XIX, pocos años después de la creación de estos vehículos. No obstante, el tiempo transcurrido, no hay un sistema único en todo el mundo, y a veces sólo se logró en ciertas porciones regionales, como el Mercosur o partes de Europa. Por todo esto, se generan ciertas situaciones fallidas, cómicas o bizarras. Tal el caso de ciertos países que permiten las patentes temporarias de papel. En Argentina muchas veces observamos una impresión con letras rojas que van en los cristales y que identifican que el auto sufrió un robo de las placas. En algunos estados de EEUU no es obligatorio el uso de patentes delanteras, pero en dichos lugares, no se puede estacionar de culata, ya que impide la identificación. En caso que se ingrese a un lugar donde sí se requiere la placa de adelante, se debe parar y colocarlas. También en el gigante del norte hay una licencia especial en caso de filmación o promoción de un vehículo. Se emplean planchas similares a las de verdad y se las pinta del mismo color que la carrocería. Así, la imagen oficial no tendrá esta identificación alternativa. Hay muchas placas puntuales que fueron prohibidas por su combinación. Brasil posee una reglamentación extraña: el registro GAY-2424 no se puede usar. Sólo esa combinación está fuera de la serie, y tiene que ver con que el 24 se relaciona con el venado. No obstante, GAY-0024 sí existe y pertenece a un Jeep Willis de color rosa. Otro caso de patentes prohibidas se da en Alemania. Allí, la primera parte de la serie refiere a la locación. Por ejemplo, si tiene una M, refiere a Munich. Hay algunas combinaciones exentas, tal el caso de SS y KZ, referidas a las fuerzas de seguridad nazi y los campos de concentración. EEUU es uno de los países que permiten el pedido de patente específico. En 1979 Robert Barbour presentó una solicitud y adecuó los requerimientos (se den inscribir tres secuencias, por si alguna no está disponible) con palabras ligadas a la navegación. La tercera decía “No Plate”, sin placa, en relación a que aceptaba cualquiera. Pues esa fue la plancha que recibió: “No Plate”. Esto le generó que, cuando una autoridad lo paraba, escribían “sin patente” en la identificación del registro, lo cual le terminó originando 2.500 multas. Barbour las recurrió todas y cada una, y el Estado debió modificar algunas cuestiones. Quien no quiera poner una tercera opción sólo debe escribir “Nada”. ¿Cuántas placas pueden convivir en un país? En Brasil hay diferentes modelos, dependiendo el tipo de vehículo, pero con el tiempo la identificación puede ser modificada en su estilo, aunque siempre conservará la numeración. Un ejemplo concreto es un taxi, que al reingresar como auto particular cambiará el diseño de su placa pero no la serie. Esto ocurre debido a que en nuestro vecino la ley determina que una patente está ligada al auto toda su vida. Si el rodado se destruye tampoco se volverá a utilizar. Sólo en caso de orden judicial o de tratarse de un vehículo clonado, la numeración no se volverá a usar jamás. Si somos radioaficionados y estamos en EEUU tendremos el permiso de incluir nuestra frecuencia en la patente. Esto nos permitirá darnos a conocer con nuestros pares, pero también como medida de seguridad, habida cuenta que una autoridad puede encontrar otras personas y solicitar ayuda rápidamente. Al revés de los que ocurre en ciertos puntos de EEUU, hay países como China o India que exigen la identificación delantera para motos y triciclos. No tendría nada de malo esto en principio, pero se debe considerar que en estos lugares populosos se utilizan vehículos ultra pequeños, y al colocar la patente adelante, debajo de los faros, muchas veces es más ancha que el propio rodado, perdiendo aerodinamia y siendo peligroso para todos. Siempre considerando que en locaciones diferentes se optó por placas longitudinal. En Argentina, todo aquel que saca su registro por primera vez debe circular con una pequeña placa con la letra “P” de principiante. En Inglaterra es la “L”, proveniente de “Learning”, aprendiendo. Sorprendió cuando el príncipe William, en su boda con la princesa Kate, apareció en su Aston Martin DB6 MKII de los 60 con la L. Según allegados, no era por su condición de aprendiz, sino por la palabra “Love”, amor. Todo un gesto hacia su esposa. Fuente: Revista Parabrisas