Mientras que Julieta Silva asegura que no vio a Genaro al momento de atropellarlo mientras permanecía tirado en la calle, el trapito tiene una versión muy distinta. Ella sostiene que tiene astigmatismo grado 3 y que esa noche no llevaba los anteojos puestos ya que el Fiat Idea con el que fue atropellado Fortunato era conducido por él mismo al llegar al bar “Mona”. Insiste en que al salir del bar ella se sentó en el asiento del acompañante del vehículo porque Genaro mantenía una pelea con otra persona que había comenzado en el interior del bar. Según ella, el rugbier peleaba con el hombre que le había vendido el auto a la joven. Además, cuando Silva fue consultada sobre por qué volvió, ella dijo que tenía el celular de Genaro y que pensó que él podía estar en problemas: “Miré para el costado por si había vuelto con dirección al bar”, sostuvo la joven. Pero el trapito que vio toda la escena tiene otra versión de los hechos, relato en la que se basó la fiscal Andrea Rossi para construir la imputación de Silva, según publica el Diario de San Rafael. El ‘trapito’ recordó que actuó de inmediato cuando observó al Fiat Idea pasar por encima de Fortunato quitándole las llaves a Silva, que no bajaba del vehículo. Asegura que lo hizo para evitar una posible fuga. Asimismo –a diferencia de lo que trascendió en un principio- el trabajador sostiene que la conductora no llamó al 911, sino que se comunicó con una amiga para decirle que “se había mandado una cagada”. A diferencia de lo que indicó Silva sobre haberse sentado en el puesto del acompañante tras salir del bar, el cuidacoches da cuenta que vio discutir a ambos al abandonar “Mona” y que directamente la mujer subió al Fiat para conducir, mientras Genaro “se agarró” del rodado para intentar frenar la salida de su novia y fue cuando cayó al pavimento.