El molesto ruido llega como consecuencia de vibraciones en las estructuras nasoorales, cuando ocurre un bloqueo anormal en las vías respiratorias, por una posición inconveniente al dormir, por movimientos poco convencionales de la mandíbula. En especial, los responsables son la úvula y el velo del paladar. Cuando se entra en una fase de sueño profundo y los músculos se relajan, los tejidos en la parte posterior de la garganta pueden convertirse en un inconveniente. Provocar que el aire que pasa a través suyo se convierta en un ruido constante. La presencia -o ausencia- de ronquidos depende de distintos factores como la forma del cráneo, el cuello, la edad, pero también de hábitos como la ingesta de alcohol, el tabaquismo o el sobrepeso. Soluciones hay muchas: desde cambiar la posición al dormir hasta tiritas para la nariz y dispositivos mandibulares más sofisticados. Sin embargo, hay un truco de solo 5 minutos que trae grandes resultados. La mayoría de los ejercicios requiere una constancia excesiva, de 45 minutos diarios, que hace desistir hasta al más entusiasta. Por ello, los doctores Mike Dilkes y Alexander Adams revelaron en un capítulo de su libro Stop Snoring The Easy Way un método simple y breve para desarrollar pocos minutos antes de acostarse. 1. Abrir la boca al máximo y estira la lengua lo más que se pueda. 2. Mover la lengua de lado a lado y de arriba a abajo. 3. Al mismo tiempo que se mueve la lengua, tararear con fuerza una canción. Según los expertos, después de solo 5 minutos, las estructuras musculares responsables de la emisión de ronquidos se verán reforzados. De ese modo, la calidad del sueño, tanto propia como la de la pareja, mejorará notablemente.