La alarma se encendió para los hermanos Tellechea el 28 de septiembre de 2004. Esa tarde, Raúl tenía que dar clases en el Instituto Cervantes, al cual nunca llegó. Luego de realizar la denuncia, los hijos del ingeniero comenzaron una lucha que ya lleva 13 años. La desaparición forzada del ingeniero Raúl Tellechea, está teñida de encubrimientos por parte de la cúpula policial y del poder, falsificación de pruebas, denuncias falsas y una justicia provincial presionada. Así lo cuenta Mariana Tellechea, hija mayor de Raúl, en diálogo con DAME NOTICIAS. "Sin dudas el juez respondía a presiones de la cúpula ejecutiva, y había protección y encubrimiento de las fuerzas policiales, especialmente respecto de Luis Moyano", dijo Mariana con respecto al juez provincial Zavalla Pringles, quien tuvo a su cargo la investigación durante los primeros 8 años. En ese entonces, Luis Moyano era dirigente de la Mutual de la UNSJ y secretario del Ministerio de Desarrollo Social. La Policía nunca intervino los teléfonos de Moyano, dirigente cercano al gobierno de Gioja. Raúl se desempeñaba en el área informática de la mutual, donde había ideado un programa para la liquidación de sueldos. Según contó Mariana, su padre estaba yéndose de la mutual. "Creo que no pudieron comprar su silencio. La situación era tan irregular, de cómo se manejaba esa institución, que mi papá dijo 'hasta acá llegué'". "No tengo la certeza de que quisieron matarlo, yo creo que quisieron amenazarlo. Uno de los ex policías que hoy está procesado se encargaba de hacer aprietes", dijo Mariana. "Eso nos hace creer que el apriete no se frenó a tiempo". "Creo que fue un crimen que desencadenó en desaparición. Y fue forzada porque necesitaron a la Policía para esto y había un funcionario provincial implicado". Mariana tenía 27 años, y hacía un año y medio que vivía en Buenos Aires cuando llegó la noticia. "En el momento en que me dijeron 'no encuentran a tu papá' me apareció una angustia infernal y me tomé el primer vuelo hacia San Juan", recordó la psicóloga y profesora de yoga, como si fuera ayer.  Para Mariana, Mauricio, Gonzalo y el más chico, Rodrigo, con 10 años en ese entonces, cayó una bomba y explotó. Así lo expresó Mariana, con el recuerdo a flor de piel: "Abandonamos nuestra vida personal. Fue lo más traumático que se pueda imaginar, pero lo primero que pensamos fue que no podíamos sentarnos a llorar. Sino agitábamos en ese momento, no pasaba nada". "El caso es de todos" Las movilizaciones pidiendo justicia por Raúl, al principio eran cada dos semanas, luego una vez por mes, lo que generaba un enorme desgaste a la familia. Hasta que se instaló el ritual de la marcha anual. Todos los 28 de septiembre, la familia y cercanos se movilizan en plaza 25 de Mayo, cada vez con más apoyo de la comunidad sanjuanina. "Las marchas nos hacen sentir acompañados, cada vez la gente va creyendo más en nosotros y nos hacen sentir que toda nuestra lucha vale la pena", agradece Mariana. "Es un momento paradójico. Sufrimos como como si todo volviera a suceder. Pero es necesario, porque el caso está en la calle, el caso es de todos. Y somos todos los que estamos buscando una respuesta". "Desde donde esté, creo que mi papá sentiría dolor por todo lo que tenemos que pasar. Pero estaría orgulloso por nuestra lucha, por lo que están haciendo desde el grupo Todos x Raúl, y el enorme acompañamiento de toda la sociedad". Un duelo sin cuerpo "Vivimos un duelo en suspenso. Es algo que sabemos que sucedió pero nunca lo vimos", explicó Mariana Tellechea, sobre el proceso personal que llevan adelate hace años. "Muchas veces soñamos con él, y nunca lo soñamos muerto. En mis sueños siempre parece como en estados de urgencia y yo le pregunto dónde estabas", contó emocionada. "No hay mucha lógica en el duelo que estamos haciendo, porque nos faltan elementos", finalizó.