Como decían las abuelas, “comer muy pesado puede darte pesadillas”. La ciencia corroboró que algunos alimentos pueden causarnos algunas molestias y problemas si los consumimos antes de dormir. Una cena desequilibrada puede ser la causa de mala digestión, exceso de calorías que se almacenan en depósitos de grasa, insomnio, pesadez y estreñimiento. Además, nos puede afectar el arranque del otro día. Qué no debemos consumir Carbohidratos: tienen muchas calorías, por eso son buenos para el desayuno, así enfrentamos el resto del día. Sin embargo, por la noche solo se acumularán en nuestro abdomen, caderas y muslos. Grasas: según los nutricionistas, hacen que la digestión se vuelva más lenta, lo que nos puede causar pesadez durante la hora de dormir. Tampoco es recomendable ingerir embutidos antes de acostarse. Lácteos: tomar mucha leche por la noche nos puede "hinchar", causando molestias. Además, puede producir exceso de ácido en el estómago, debido al caseinato de calcio e inducir a reflujo estomacal. Estimulantes: a pesar de que parezca obvio, muchas personas consumen café u otras bebidas energizantes antes de acostarse, como las gaseosas azucaradas. Las mismas, bloquean un receptor del efecto sedante: la adenosina. Picantes: si no estamos acostumbrados a consumirlos y se nos ocurrió ir a un restaurante de cocina mexicana, esto nos puede jugar una mala pasada. Estos alimentos podrían producir reflujo o acidez estomacal.