Nacer por cesárea puede predisponer a una persona a tener mayores chances de ser obeso en la vida adulta. Así se desprende de un estudio llevado a cabo por la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York, difundido esta semana en Science Advances. En la investigación se usaron ratones para verificar que hay una relación causal entre el tipo de parto y la propensión de los animales a engordar. Según sus conclusiones, 15 semanas después del destete, los roedores nacidos por cesárea pesaban un 33% más que los que fueron traídos al mundo por vía vaginal. Ese incremento de peso era más significativo en las hembras, que engordaron un 70% más de que los machos. Los investigadores creen que la clave de este fenómeno es la microbiota intestinal. Se estima que el intestino humano alberga unos 100 billones de bacterias las cuales cumplen al menos tres funciones importantísimas: nutrición y metabolismo, protección y reparación de la pared intestinal. Las personas poseen un microbioma desde muy temprana edad, aunque no nacen con él debido a que el útero carece de bacterias. Es tras el parto que cada individuo adquiere el suyo del entorno. Y ahí precisamente estaría la clave: aquellos que nacen de forma natural se impregnan de los fluidos de la madre, en los que hay bacterias que se traspasan al bebé. Esta transmisión natural no se da en el caso de las cesáreas. El aumento de las cesáreas La cesárea es una intervención quirúrgica en una gran parte de casos necesaria aunque a veces se abusa de ella. En algunas partes del mundo se practica en más de un 40% de los partos, como es el caso de Brasil. La tendencia al alza de este tipo de intervenciones fue en paralelo al aumento de la incidencia de enfermedades autoinmunes y metabólicas. “Urge responder a la cuestión de si el establecimiento de la microbiota del bebé tras el nacimiento afecta al futuro riesgo de obesidad, puesto las cesáreas están aumentado en muchas partes del mundo”, alertó Maria Gloria Domínguez-Bello, investigadora de la Universidad de Nueva York y coautora del estudio. En este tramo de la investigación el equipo de Domínguez-Bello trabaja en comprobar si los efectos de haber nacido por cesárea pueden revertirse. “Nuestro estudio refuerza la hipótesis de que adquirir los microbios vaginales maternos es necesario para un desarrollo normal del sistema inmunitario y metabólico”, indicó Domínguez-Bello. El siguiente paso será comprobar estos hallazgos en humanos.