Luego de una campaña de cuatro meses, las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) recuperaron la ciudad de Al Raqqa y expulsaron al Estado Islámico, que durante tres años la utilizó como “capital” de su califato en Siria. Sin embargo, esta victoria no fue barata: durante los enfrentamientos murieron más de mil civiles, dos mil yihadistas, y prácticamente todas las calles muestran cicatrices de la batalla. Asimismo, todavía no hay un cálculo certero de la cantidad de personas que fueron asesinadas por el grupo islamista durante su ocupación. “Todo terminó en Al Raqqa. La ciudad está bajo control de las Fuerzas Democráticas Sirias. Quedan operaciones de búsqueda para eliminar las células dormidas, si las hay, y para desminar la ciudad”, afirmó un vocero de las FDS. Numerosos corresponsales y fotógrafos que concurrieron a la ciudad tras su liberación publicaron imágenes que muestran con toda su crudeza la destrucción que dejaron los enfrentamientos.