Domingo 24.11.2024
Actualizado hace 10min.

Militar el deseo: cuando las putas hablan

“La Pichona” egresó de la Facultad de Filosofía, Humanidades y Artes desde donde busca romper con ciertos pilares académicos. Además, es técnica del Sindicato de las Trabajadoras Sexuales, AMMAR desde donde lucha por los derechos de sus compañerxs.

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Cada tanto, en las sociedades, aparecen personas que patean el tablero de lo social o políticamente correcto y obligan al resto de los mortales a mirar, o a pensar un poquito más allá del rincón que los vio nacer. “La Pichona” Reyna no es la excepción.

Con más experiencia acumulada que velas sopladas, la puta feminista se planta y dice lo que piensa, lo que hace y lo que va a hacer. En lo académico busca hacer tambalear los rígidos pilares científicos. Pichón Reyna pone en duda los cánones de belleza al igual que la casi relativa línea divisora de lo bueno y lo malo.

Pichón Reyna pateó el tablero y rompió los moldes, acá en San Juan, que hacía mucho nadie lo hacía.

El deseo es algo construido e impuesto, de formas raras e incluso sin darnos cuenta. Yo pensaba que sólo me gustaban los hombres y después del trabajo sexual pude ampliar esa modalidad deseante. Cuerpos con discapacidad funcional, cuerpos gordos o avejentados, cuerpos negros, enfermos o portadores, todos estos cuerpos ingresaron en el registro de mi deseo. Tiene que ver con la justicia erótica. Tiene que ver con la redistribución de los placeres. Así como pasa con la justicia social y la distribución de la riqueza. Militar el deseo es generar espacios donde otros placeres, otros deseos más allá de los hegemónicos puedan expresarse, experimentarse, disfrutarse, generar potencia.

El trabajo sexual es un espacio de disidencia y experimentación, donde el lema de 'lo personal es político' clásico del proyecto feminista, se vuelve carne, se hace cuerpo y nuestros cuerpos son un campo de batalla. Donde se hibridan la precarización, la clandestinización y la reapropiación de la injuria, donde el eros se vuelve caos y la justicia -en mi caso- rector de potencias deseantes. Exigimos derechos laborales para las trabajadoras sexuales, pero también el derecho al placer y al deseo.

Pichón Reyna