Con autoridad, bajo la tutela de Dele Alli, el completo mediapunta inglés, y la ayuda de un Kane que demuestra cada día ser mucho más que un delantero, el Tottenham Hotspur superó a un Real Madrid (3-1) que se queda en segunda posición del grupo H y con opciones remotas de alcanzar el liderato. No fue un despropósito el Madrid, que se vio noqueado primero en fuera de juego y después en un gol de rebote, justo cuando más parecía acercarse al empate. Ambos fueron obra de Dele. La joven perla inglesa de 21 años remató primero un envío desde el costado derecho del lateral Tripper y se guisó después el doblete en una acción que evidenció la fragilidad que atraviesa el Madrid en defensa. Encaró el mediapunta, tiró una vez, falló, pero en la reválida no perdonó. Le dejaron los blancos, con Casemiro por el suelo y Ramos más permisivo de lo que se requería. En el camero rebotó el balón antes de superar a un Casilla que respondió bien cuando le tocó. Con el partido roto, inmerso en la ida y vuelta, Eriksen culminó una contra para matar un encuentro que terminó perfilando Cristiano a bocajarro. 3-1, segunda plaza y cachetazo duro para un Madrid que agranda su crisis.