Desde el piso en Puerto Madero hasta la celda en el hospital de la cárcel de Ezeiza, Amado Boudou hizo sólo una escala: la Unidad 29 de los Tribunales Federales de Comodoro Py para ingresar de manera formal al Sistema Penitenciario Federal (SPF). Después, sí, cuando caía la noche, el ex vicepresidente entró a la prisión. Allí durmió con lo puesto, una frazada del lugar y una luz de noche que nunca se apaga. Boudou esperaba el viernes levantarse para prestar declaración indagatoria a las 9 de la mañana por una causa que lo tiene apuntado como jefe de una asociación ilícita, pero el juez federal Ariel Lijo ordenó detenerlo de manera preventiva a las 6 de la mañana. Terminó ese día preso en Ezeiza. El ex vicepresidente, luego del estrés de un día que nunca pensó que llegaría, pasó su primera noche en una "shock room", según confirmó una fuente del SPF a TN.com.ar. En ese tipo de habitaciones son alojados los internos que ingresan en estado de shock. No tiene baño. El hombre, de 54 años, pasará todo el fin de semana en el Hospital Penitenciario Central (HPC) de la cárcel de Ezeiza para que los médicos puedan chequear su estado de salud. Allí estuvo hasta el viernes el exministro de Planificación Federal, Julio De Vido, luego trasladado a la prisión de Marcos Paz. Amado espera la visita de su pareja, Mónica García de la Fuente, exdiputada de México, con quien será padre de mellizos en enero, y de su abogado, Eduardo Durañona, que el jueves le avisó del rumor sobre la posibilidad de que al día siguiente pudieran detenerlo. El juez Lijo también ordenó detener el viernes al amigo personal del ex vicepresidente, José María Nuñez Carmona, que también aguarda la llegada a Ezeiza de su abogado, Matías Molinero, y que pidió ver a un amigo. Boudou y Nuñez Carmona no son presos comunes: se quisieron quedar con Ciccone Calcográfica SA, ni más ni menos que la máquina de hacer billetes. FUENTE: TN