El supuesto autor del tiroteo en la iglesia baptista de Texas, que ha costado la vida al menos a 27 personas, era un oriundo de ese mismo estado (vivía en New Braunfels, en las afueras de San Antonio). Se trata de Devin Patrick Kelley, de 26 años, y había formado parte de las Fuerzas Aéreas estadounidenses desde 2010. El hombre sirvió en la división de logística en la base Holloman, en Nuevo México. En 2012, se vio ante la justicia militar por asalto a su esposa y a su hijo, resultando confinado por nueve meses y reducido de rango, para luego ser expulsado con deshonor. No se le conocen conexiones con grupos terroristas y se desconoce de momento el motivo que le impulsó a protagonizar el tiroteo. Perpetró el ataque, en el que han muerto 26 personas de entre 5 y 72 años, incluyendo una mujer embarazada, en el que ha sido el peor tiroteo del estado. Tras la matanza, fue detenido por un ciudadano que, empleando su propia arma, le condujo hasta el interior de su vehículo. Allí fue encontrado muerto, pero las autoridades aún no han especificado si fue por un disparo procedente del vecino que le encañonó.