La compra reciente de cinco aviones a Francia desencadenó una imprevista e intensa pelea entre la Fuerza Aérea y la Armada, que buscan quedarse con las aeronaves. El Gobierno pagará 2,5 millones de euros por los aviones cazabombarderos, a los que sumará US$ 2 millones por los gastos de traslado, con la decisión de fortalecer la seguridad en la Cumbre del G-20, que se hará a fines del año próximo en la Argentina. El ministro de Defensa, Oscar Aguad , zanjará la insólita disputa, que no es otra cosa que una pelea por la escasez, en momentos en que la Fuerza Aérea y la Armada atraviesan desde hace tiempo una crisis en su equipamiento militar. En esta reyerta, los jefes de la Armada, almirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur, y de la Fuerza Aérea, brigadier general Enrique Víctor Amrein, intentan sumar argumentos para quedarse con los aviones. En la disputa sobresalen dos interpretaciones doctrinarias. Una indica que los medios aéreos se utilizan en la Fuerza Aérea con una función estratégica y sólo se justifican para la Armada como un medio complementario y de apoyo logístico a otras misiones. La otra doctrina defiende el concepto de poder naval integral, que permite a la Armada nutrirse de todos los medios posibles (submarinos, aéreos y de superficie) para sus operaciones navales. Ese criterio se aplicó, indican algunos, en la Guerra de Malvinas.   Fuente: La Nación