Muchas personas te habrán recomendado comer despacio y sin apuro. Pues no sabes hasta que punto era saludable ese consejo, ya que las personas que comen lentamente tienen menores de probabilidades de sufrir obesidad o síndrome metabólico, un conjunto de condiciones que nos ponen en riesgo de sufrir enfermedades cardiacas y diabetes tipo 2 y que también se ha asociado como factor de riesgo en el accidente cerebrovascular.  Es lo que señala un estudio dado a conocer en las Sesiones Científicas de la Asociación Americana del Corazón, que son el escenario de una de las citas más importantes de investigadores y médicos, a nivel mundial, para presentar los últimos avances en ciencia cardiovascular. Esta investigación en concreto se ha llevado a cabo en la Universidad de Hiroshima (Japón) y el cardiólogo Takayuki Yamaji, autor principal del estudio, fue el encargado de comunicar las conclusiones.  Para llegar a ellas, contaron con la participación de 1.083 personas (642 hombres y 441 mujeres), con una edad media de 51,2 años y que en 2008 no tenían síndrome metabólico. En el experimento, procedieron a dividirlas en tres grupos diferentes, según la velocidad a la que consideraban que comían habitualmente: lenta, normal o rápida. Tras cinco años de investigación, los científicos llegaron a la conclusión de que aquellos individuos que comían más rápido eran más propensos a desarrollar síndrome metabólico (ocurrió en un 11,6% de las personas que formaban parte de este grupo) que aquellos que comían a un ritmo normal (de este, acabaron con dicho síndrome el 6,5%) o que aquellos que tomaban los alimentos de una forma más lenta (solo a un 2,3% de estos se les diagnosticó). Asimismo, asociaron comer más rápido con un mayor aumento de peso, un nivel de glucosa en sangre mayor y también con un incremento de la circunferencia de la cintura. Fuente: Muy Interesante