“No es lo mismo tener una superficie limpia que una descontaminada”, explica Maite Muniesa, una referente del Departamento de Microbiología de la Universidad de Barcelona. “Las personas manipulamos muchos objetos a la vez y no nos desinfectamos las manos debidamente”, añadió la especialista Los gérmenes y las bacterias están en todos lados y, más allá de que hay muchas maneras de combatirlas, lo importante es saber en dónde se encuentran. Son pocas las personas que puedan imaginarse un lugar con más bacterias que un inodoro, sin embargo, los baños públicos están en el puesto n° 5 de los lugares y objetos. Los hábitos saludables de lavarse las manos al volver de la calle y viajar en el transporte público, lavar las frutas y verduras antes de consumirlas, y no comer alimentos que cayeron en el piso son solo algunas de las medidas de precaución que hay que tomar para reducir el contacto con las bacterias. 1. El cepillo de dientes. Por estar en el baño en contacto con las bacterias bucales y generalmente no es reemplazado cada tres meses, como recomiendan los odontólogos. 2. El celular. Tiene hasta treinta veces más bacterias que un inodoro. 3. La esponja para lavar los platos. El contacto con los alimentos y la humedad favorecen a la proliferación de gérmenes. 4. Los cubitos de hielo. Los recipientes no son siempre higienizados y pasan mucho tiempo en el congelador con contacto con alimentos, que si bien están congelados, “contaminan” los cubitos. 5. Los baños públicos. Por la cantidad de usuarios y la falta de higiene. La lista se completa con otros lugares que a primera vista pueden estar limpios pero la realidad dice lo contrario. 6. El escritorio de la oficina. 7. El carrito del supermercado. 8. Las almohadas. 9. Los cajeros automáticos. 10. El control remoto de la televisión.