Tres días después de la renuncia de Robert Mugabe, asumió Emmerson Mnangagwa como nuevo presidente de Zimbabwe. Mnangagwa será investido en un estadio de la capital, Harare, donde decenas de miles de personas se están congregando desde primera hora de la mañana. El futuro jefe de Estado hereda un país arruinado en el que la población espera reformas impacientemente. Mugabe, de 93 años, renunció el martes tras ser sometido a gran presión después de que el Ejército diera un golpe de Estado no violento el 17 de noviembre y lo pusiera a él y a su mujer, Grace, bajo arresto domiciliario. Mnangagwa prometió al líder saliente y a su familia "máxima seguridad" antes de su investidura este viernes, informó el diario estatal The Herald. "Mnangagwa habló ayer (jueves) con el presidente saliente, el camarada Robert Mugabe, y le garantizó a él y a su familia máxima seguridad y bienestar", afirmó el diario. Hoy se informó asimismo que el ministro de Finanzas, Ignatius Chombo, que fue detenido la semana pasada durante el golpe, fue entregado a la Policía. El abogado que lo representa confirmó que se presentará ante un tribunal acusado de abuso de funciones, pero que en la actualidad se encuentra en el hospital, aunque no dio más detalles sobre su estado de salud. El director de Human Rights Watch para el Sur de África, Dewa Mavhinga, confirmó en Twitter también la reaparición de Chombo en la noche del jueves: "Los soldados dejaron anoche al ministro Chombo en su casa tras días de detención militar. La Policía lo arrestó entonces y dijeron que se lo llevaban a la comisaría de Rhodesville".   Agencias DPA,  AFP y La Nación