El puertorriqueño Miguel Cotto, cuádruple campeón mundial y una de las figuras más relevantes y respetadas del boxeo universal de los últimos diez años, hará este sábado su última pelea. Y este acto magno implica muchísimo para una industria deportiva que lo consideró como un exponente de alta jerarquía; protagonista de todos y los mejores los clásicos del ring posible ante Floyd Mayweather, Manny Pacquiao, Antonio Margarito, Shane Mosley, Saúl "Canelo" Álvarez y Sergio "Maravilla" Martínez, entre tantos. Por eso, su última función, en el Madison Square Garden, constituye un suceso atractivo e histórico a la vez, cuyo interés va mucho más allá de su defensa titular ante el estadounidense Sadam Alí (televisará Space, a partir de las 23). Implica la despedida del símbolo boricua en un estadio célebre, que lo potenció como un gladiador inexpugnable, fortificado por el rugir de miles de compatriotas. Más fieles en Nueva York que en la misma isla del encanto.