La reforma tributaria que impulsa el oficialismo se aprobó el miércoles por la madrugada en la Cámara de Diputados con 146 votos afirmativos, 77 negativos y 18 abstenciones. El avance de la iniciativa fiscal de Cambiemos, que ahora deberá debatirse en el Senado, se logró luego de la sanción de la ley que modifica la actualización de las jubilaciones y asignaciones sociales. Un punto clave del proyecto es la derogación del Fondo del Conurbano (que se solventaba con el 10% de Ganancias aunque con un tope de $650 millones) y la distribución del 20% recaudado del impuesto a las Ganancias que se derivaba a la ANSES entre las provincias y Nación por el sistema de Coparticipación federal; en tanto, el sistema previsional se financiará con la totalidad de la recaudación del impuesto al cheque. Otro eje del proyecto es la exención del impuesto a las Ganancias para los inversores no residentes en la Argentina, salvo en el caso de que operen en el mercado de Lebacs. Otro de los puntos salientes es la rebaja a la mitad del IVA de las carnes de pollos, cerdos, y conejos, con el objetivo de que bajen los precios de esos productos alimenticios. Otro de los cambios sustanciales que propone el oficialismo está vinculado a los impuestos internos a la cerveza, que vería elevado del 8% al 17% el tributo que paga al Estado. Además, las empresas no pagarán aportes patronales hasta una remuneración bruta de $12.000 para 2022, en una escala que comienza el año próximo con $2.400, sigue en 2019 con $4.800, en 2020 con $7.200 y en 2021 con $9.600 pesos. Con este proyecto, el oficialismo busca que la reforma sea "gradual" y que de aquí a 2022 la presión tributaria caiga en al 1,5% del PBI con el objetivo de alentar la inversión y la creación de empleo.