Un estudiante de la Universidad de Tokio, Yu Yanagisawa, estaba trabajando en el desarrollo de un nuevo adhesivo cuando, por accidente, obtuvo un resultado muy diferente a su objetivo inicial. Yanagisaw cortó sin querer el polímero de baja presión molecular con el que trabajaba. Sin embargo, no tardó mucho en percatarse de que el quebrado del material volvía a unirse al poco después, si se mantenía bajo una presión leve. "Es muy robusto desde el punto de vista mecánico, a la vez que puede repararse rápidamente aplicando presión en las superficies fracturadas", asegura el profesor Takuzo Aida, director del equipo japonés. Los investigadores realizaron pruebas posteriores para verificar que este hecho no había sido producto de una mera casualidad. Y, en efecto, no se trataba del azar: el nuevo polímero de baja presión molecular tiene propiedades de autorreparación nunca vistas. A diferencia de otros polímeros, que también tienen la capacidad de autorrepararse, este nuevo material no necesita altas temperaturas para que se lleve a cabo el proceso reconstructivo. Hasta ahora, era necesaria una temperatura de aproximadamente unos 120º C para reorganizar su estructura. En cambio, el vidrio que se fabrica con este nuevo material puede repararse presionando con los dedos (a una temperatura aproximada de 21 º C) las piezas rotas durante unos cuantos segundos, llegando a recuperar su resistencia original después de unas horas. Fuente: Muy Interesante