Si no hay sobresaltos, la de hoy será la última sesión del año y el trámite para la aprobación de lo que queda del paquete de leyes económicas (Presupuesto 2018, prórroga del Impuesto al Cheque hasta el 2022 y Reforma Tributaria) no llevaría más de unas siete horas de debate, según cuántos oradores pidan la palabra. Ayer fue más noticia la nueva ausencia de la senadora Cristina Kirchner en la comisión de Presupuesto y Hacienda que preside su ex adversario Esteban Bullrich que el debate en sí mismo. Hubo algunas críticas, incluso de senadores radicales, pero el dictamen de mayoría y el acuerdo con el bloque del PJ-Argentina Federal le garantizan respaldo al Gobierno. El clima incluso era de amabilidad, sin gritos ni acaloradas discusiones, no es el estilo de la Cámara alta donde los buenos modales suelen imponerse a los ajetreos. Incluso hoy, con la presencia anticipada de Cristina Kirchner, y aún si habla en línea de lo expresado en Diputados por el bloque del FpV-PJ por Agustín Rossi y su ex ministro de Economía Axel Kicillof, la expectativa es que todos se manejen con códigos de convivencia que permitan el disenso de la minoría y una votación cómoda para el oficialismo. Lo contrario sería rupturista con los usos y costumbres del Senado y con el vínculo que han construido Pinedo y Pichetto en los últimos 700 días. De hecho, el líder de la oposición, que integra en su bloque a los representantes de los gobernadores peronistas, hasta intercambió elogios con el ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, pero no se privó de volver a criticar sin nombrarla a su ex jefa política, al mencionar a "aquellos que hablan de un trámite expres", excusa por la que Cristina Kirchner faltó a las dos únicas reuniones de comisión para el tema. A tres cuadras, la ex presidenta citaba un rato antes de las 15 a los siete senadores con los que comparte bloque (Ana Almirón, Anabel Fernández Sagasti, Nancy González, María Inés Pilatti Vergara, María de los ángeles Sacnun y Ana María Ianni). En el Instituto Patria prepararon un dictamen de minoría que alcanzó al Salón Azul el neuquino Marcelo Fuentes. Eso sí fue exprés: el senador pasó sólo cinco minutos por la reunión del Congreso. En el intercambio en el Salón Azul, Dujovne defendió el Presupuesto, con fuerte inversión en obra pública, y explicó que apunta a "reducir el déficit, reducir las deudas de infraestructura y sociales, y converger hacia un sistema tributario más justo y equitativo". Sobre el déficit pronosticó para el próximo año un 3,7% de déficit primario y un 2,2% para el año siguiente. Sobre el primer aspecto, Dujovne dijo que la participación del gasto social en el gasto primario, que este año fue del 73%, en 2018 subirá al 76%; y a su vez, sobre el segundo punto, indicó que el gasto en infraestructura crecerá por encima del gasto corriente. La inflación que anticipó sería, en promedio, del 15,7% según su cálculo y el dólar llegaría a los $ 19,3. Recibió varias quejas por cómo las medidas del Gobierno afectan las economías regionales, entre ellas una de Pichetto que se refirió a las tasas del Banco Central como principal problema. En la última silla de la mesa con forma de letra U en el Senado se sentó Gladys González. De impecable camisa blanca se mostró atenta al intercambio de opiniones. González estuvo ausente en la sesión en la que juraron los nuevos senadores, estaba de viaje en China aquel día por lo que, al inicio de la sesión de hoy, convocada para las 11, deberá prestar juramento. Su presencia le recordará a CFK la derrota que sufrió en octubre cuando Cambiemos se quedó con los dos senadores para el ganador, el ex ministro Bullrich que ayer presidió la reunión de comisión y González que dejó fuera del Senado a Jorge Taiana.