Esta vez el “Puchi” correrá con moto y equipo nuevo, una Honda del equipo MEC. Este es un condimento más que especial, teniendo en cuenta que sus expectativas aumentan al tener un medio mecánico en mejores condiciones que en las anteriores ocasiones. “Correr el Dakar fue un sueño, prácticamente, desde que nací. Siempre con mi viejo nos gustaron las motos, coleccionaba figuritas. Fantaseábamos con que alguna vez nos ganaríamos la lotería y correríamos el Dakar en Europa, en aquel entonces”, cuenta Ontiveros. Pasaron los años y las esperanzas se reavivaron, debido a que la competencia llegó a Sudamérica allá por el 2009. “El Dakar llegó a Sudamérica y empezamos a trabajar con mi padre, veníamos de ser 9 veces campeón sanjuanino y un par de veces campeón argentino. También había corrido en mundiales, por eso dejamos de lado el enduro para pasar al rally y compramos otra moto”, agregó el “Puchi”. De esta manera, comenzó la aventura para el piloto sanjuanino, uno de los máximos deportistas de la historia en la provincia. “Compré una moto enduro y la transformamos artesanalmente, de todos modos, mi primera carrera de rally fue con una moto alquilada. Luego competí en mi primer Ruta 40 y terminé tercero, en una competencia en la que participaban grandes pilotos como Pablo Quintanilla”, agregó el deportista. Pero sin dudas el gran despegue para participar en el Dakar fue en el año 2013 cuando ganó el Dakar Challengue en su categoría, hecho que le permitió el ingreso directo y alcanzar media inscripción para la competencia más dura del mundo. En ese momento recibió mucho apoyo de las autoridades provinciales y eso le permitió lograr su sueño, que tenía desde chico. “Recuerdo la emoción de poder estar en la rampa de largada en el 2014, algo que había soñado y visto por televisión un montón de veces. Fue complicado organizarlo y correrlo, pero la adrenalina de cruzar el Desierto de Atacama me generó una de las sensaciones más lindas”, agregó. En la previa de su 5to Dakar, el campeón sanjuanino hoy lo vive con las mismas ganas y adrenalina del primero, pero es consciente de que está más organizado. Además, sus pretensiones son cada vez más altas. “Los objetivos cada año se renuevan, cada Dakar es distinto. Siempre pienso en terminar y levantar la vara desde lo deportivo. Vamos a tratar de llegar bien adelante, pero siempre siendo inteligente y cuidando para arribar a San Juan”, cerró diciendo el motociclista sanjuanino del año. LA MEJOR ANÉCDOTA: “Tengo muchas, pero la del 2016 cuando Pablo Bustamente me remolcó más de 300 kilómetros en Bolivia es la mejor y la que más repercusión tuvo. Hacía mucho frío, llovía, nevaba, se hizo de noche. El cordobés en esa situación demostró el verdadero espíritu dakariano y el compañerismo en su máxima expresión”. EL MIEDO: “Siempre está presente, la persona que no tiene miedo no está en sus cabales. He pasado por situaciones límites en el Dakar. He visto compañeros fallecidos, amigos que están mal y vuelven a su casa. Ese miedo me hace sobrevivir y conocer mis límites. Definir si es más importante abandonar la carrera o terminar y volver a casa para contarlo, esa línea tan fina es la que motiva a seguir. Ahí radica nuestra pasión y sueño”. El piloto dakariano, que competirá con una Honda 450 del equipo MEC y llevará el número 71, terminó 49 en 2014, 42 en 2015, 72 en 2016 y 54 en la última edición.