Cuando el papa Francisco arribe a la ciudad de Santiago, en Chile, el próximo lunes 15 de enero, a las 20:10, estará dando inicio a su tercera gira oficial por Latinoamérica, y lo hará con la costumbre de esquivar a la Argentina como destino, a donde nunca más regresó desde que en el 2013 fue ungido como Sumo Pontífice bajo el argumento extraoficial de evitar interferir en el contexto político del país de los últimos años. Es por este motivo que el Ejecutivo dispuso una mesa de trabajo interministerial para coordinar los operativos de emergencia y seguridad junto al Gobierno de Chile, integrado por funcionarios de Seguridad, Transporte, Interior, Jefatura de Gabinete y Cancillería, entre otras dependencias oficiales como Migraciones y Aduana. "Nosotros tenemos la obligación de prever que serán 1 millón de personas. Tenemos la cantidad de funcionarios para reforzar todos los puestos fronterizos, además del apoyo logístico de las provincias, que aportarán ambulancias y puestos sanitarios", asegura una fuente calificada del Ministerio del Interior, a cargo de Rogelio Frigerio. Este otros aspectos, los operativos en las provincias de Neuquén, Mendoza, San Juan, La Rioja, Catamarca, Salta y Jujuy (todas las que tienen conexión con Chile) estarán enfocados en controlar el flujo de tránsito. "Tenemos que evitar la gran tormenta que se avecina porque se combinan varios factores, como la visita del Papa, el cambio de quincena y la gente que cruza para los tours de compras", reconocen en el Gobierno. Por otro lado, Gendarmería, en conjunto con personal de la Comisión Nacional de Regulación de Transporte (CNRT), realizará controles más severos a combis y micros de pasajeros que partan desde las terminales. Entre otros aspectos, se verificará que cumplan con los requisitos de documentación y tengan al día la verificación técnica del vehículo y que los choferes se encuentren habilitados técnicamente para realizar los viajes.