El Papa brind&oacute; este s&aacute;bado la tradicional misa de Epifan&iacute;a en la Bas&iacute;lica de San Pedro, donde dio un mensaje especial con varias reflexiones en un d&iacute;a en el que en el mundo cristiano se celebra la llegada de los Reyes Magos. Francisco asegur&oacute; que &ldquo;el dinero y el &eacute;xito son estrellas fugaces que despistan&rdquo; y critic&oacute; la &ldquo;tentaci&oacute;n de los sacerdotes que se quejan pero no hacen el bien&rdquo;. <p dir="ltr" lang="es">Como los magos, el creyente, empujado por su fe, busca a Dios en los lugares m&aacute;s escondidos, porque sabe que all&iacute; lo espera el Se&ntilde;or. &mdash; Papa Francisco (@Pontifex_es) 6 de enero de 2018 &ldquo;Podemos preguntarnos qu&eacute; estrella seguimos en la vida. Hay estrellas deslumbrantes, que despiertan emociones fuertes, pero que no orientan en el camino&ldquo;, plante&oacute; el Pont&iacute;fice tras recordar a la tradici&oacute;n cristiana de los tres Reyes Magos que &ldquo;ven la estrella, caminan y ofrecen regalos&rdquo;. &ldquo;Melchor, Gaspar y Baltasar fueron a adorar a Jes&uacute;s por un camino que exig&iacute;a el esfuerzo diario de la marcha, un largo viaje que aplicado a la vida de las personas puede servir para que se liberen del peso in&uacute;til y de la fastuosidad gravosa, que son un estorbo y acepten los imprevistos que no aparecen en el mapa de una vida tranquila&rdquo;, sostuvo el l&iacute;der religioso. &ldquo;Esto es lo que sucede con el &eacute;xito, el dinero, la carrera, los honores, los placeres buscados como finalidad en la vida. Son meteoritos: brillan un momento, pero pronto se estrellan y su brillo se desvanece. Son estrellas fugaces que, en vez de orientar, despistan&ldquo;, agreg&oacute;. &ldquo;Ellos conocen el lugar exacto y se lo indican a Herodes, citando tambi&eacute;n la antigua profec&iacute;a&rdquo;, sostuvo el Papa, que este domingo bautizar&aacute; a 34 ni&ntilde;os en la Capilla Sixtina del Vaticano. &ldquo;Se habla, pero no se reza; hay queja, pero no se hace el bien&ldquo;, a&ntilde;adi&oacute;. La celebraci&oacute;n comenz&oacute; a las 10 de la ma&ntilde;ana (hora local), despu&eacute;s de que el Pont&iacute;fice se dirigiera en procesi&oacute;n hasta el altar mayor de la bas&iacute;lica vaticana. El Papa concluy&oacute; la misa, que dur&oacute; hora y media, con un beso a una imagen del Ni&ntilde;o Jes&uacute;s. FUENTE: V&iacute;a Pa&iacute;s