Un nuevo testigo apareció en la causa de Genaro Fortunato, el rugbier que murió atropellado por un auto que conducía su novia, Julieta Silva. La declaración de este hombre genera una serie de nuevas hipótesis, pero la principal -y la que puede dar un giro en la causa- es que el cuerpo pudo haber sido movido. Es el hombre que halló los documentos de Fortunato unos 100 metros al norte de donde estaba ubicado el cuerpo de la víctima, por calle El Chañaral, en San Rafael, Mendoza. La ubicación llamó la atención porque de norte a sur transitaba el Fiat Idea manejado por Silva al momento del arrollamiento de Genaro. Esto quiere decir, que “alguien” tomó los documentos y luego los arrojó en un lugar alejado de la escena del crimen. Una de las hipótesis es que alguien hubiera sustraído la billetera de la víctima y arrojado los documentos cuando huyó del lugar. Lo que surge de ello son varias preguntas. ¿Quién sacó la billetera? ¿En qué momento? ¿Por qué se llevó la billetara y dejó los documentos en el lugar? ¿La sacó cuando Genaro estaba vivo o muerto, de pie o caído, consciente o inconsciente? ¿Pudo haber modificado la posición del cuerpo? Estos puntos llevan a diferentes teorías acerca de quiénes tuvieron acceso y en qué momento a las pertenencias de Fortunato. En principio son dos las personas que estuvieron en la escena del crimen: Silva y Ariel Aknesen, el trapito que le hizo señas a Silva para que frenara porque había atropellado a Genaro. Si la hipótesis de la sustracción de la billetera adquiere cuerpo, el caso podría tener un giro llamativo; ya que se debería investigar, entonces, si Genaro cayó al suelo por intentar perseguir el auto de Julieta, como se sostiene hasta ahora, o si alguien lo golpeó para robarle o si el hurto fue después de que el joven quedó tirado en el suelo, informa Sitio Andino.