Lunes 25.11.2024
Actualizado hace 10min.

Cuando comemos para calmar el estrés y no por hambre: algunos consejos

La nutricionista María Eugenia de Cara, explicó cómo el estrés está fuertemente ligado con la alimentación y el aumento de peso. Mirá los consejos que brindó.

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En tiempos donde la sociedad cada vez vive a un ritmo más acelerado y donde el estrés es moneda corriente entre los sanjuaninos y los argentinos en general, dedicar tiempo a comer de manera consciente y saludable parece ser una tarea cada vez más difícil.

Consultada por DAME NOTICIAS, la nutricionista María Eugenia de Cara contó de qué manera el estrés y la alimentación están estrechamente vinculados y dejó algunos consejos para tener en cuenta.

“Cada vez que estamos estresados, un proceso hormonal desencadenado en el hipotálamo y en la hipófisis provoca el incremento de la secreción de una hormona que se llama cortisol, que es la del estrés. Esta hormona afecta negativamente el cerebro, el metabolismo y los sistemas digestivo y cardiovascular”, contó.

Casualmente, una de las principales sustancias que reduce el estrés, o sea el cortisol, es la comida. Cada vez que comemos, además de comer estamos disminuyendo el estrés. “Esa es la razón por la cual tantas personas comen cuando están ansiosas, en realidad no desean comida sino que buscan bajar los niveles de cortisol”, dijo la nutricionista.

¿Qué comen las personas cuando están estresadas? Según detalló María Eugenia de Cara, las personas eligen las comidas de confort, que son las carbograsas: mezclan harinas, grasas y sal; o harina, grasas y azúcar.

“Hay un estudio que se ha hecho que cuando se le pregunta a las mujeres cuál es la comida que les otorga calidad y satisfacción mencionan tres alimentas como el helado, chocolate y galletitas. En cambio, los hombres eligen generalmente helado, pizzas y pastas”, comentó al tiempo que agregó: “Se cree que esa selección tan específica se debe a que las carbograsas ejercen un efecto similar a la de los opioides”.

Según lo afirmado por la nutricionista, las comidas de confort producen alivio rápido, disminuyen los estados emocionales negativos y otorgan seguridad emocional.

“Lamentablemente, a más comida, menos estrés”.

QUÉ HACER: LOS CONSEJOS PARA TENER EN CUENTA

Según detalló María Eugenia de Cara, lo principal para disminuir la ingesta por estrés es reconocer qué es lo que motiva a comer. “Hay que darse cuenta si es hambre realmente, aburrimiento, estrés o angustia”, dijo.

“Para superar los impulsos del estrés se puede acudir a algún recurso emocional que en el pasado nos haya brindado satisfacción. Si se necesita un paquete entero de galletitas para seguir estudiando, llegó el momento de analizar qué otras fuentes de bienestar podrían calmar esa ansiedad”, añadió.

Por otro lado, destacó la importancia de tener un orden de comidas, no pasar muchas horas sin comer y evitar el picoteo. También es importante limitar el acceso a los alimentos disparadores, evitar tenerlos en la casa y armar un ambiente seguro.