El cáncer sigue constituyendo una de las principales causas de morbilidad del mundo. Engloba un conjunto de enfermedades genéticas en las que se da una proliferación excesiva de células en un tejido, formando, en la mayoría de los casos, un tumor sólido. La incidencia sigue aumentando: 24 millones de personas en el mundo serán diagnosticadas de cáncer en el año 2035, y en el año 2015 ya se superó en mil casos la cifra estimada para 2020, según datos de la Sociedad Española de Oncología Médica. A nivel global el cáncer de pulmón es el tipo de tumor más frecuente. Por sexos, el cáncer de mama es el que mayor incidencia tiene en las mujeres y el de próstata, en varones. Pese a que la tasa de incidencia de cáncer aumenta, la supervivencia, también. Normalmente, la cirugía es el tratamiento de primera línea, especialmente en las fases tempranas de la enfermedad. Pero los avances en terapias como la inmunoterapia o terapia con anticuerpos. Han logrado resultados muy esperanzadores. Permitiendo detener la progresión de los tumores. Y que acabarán convirtiendo al cáncer en una enfermedad crónica, con un tratamiento personalizado, y con altas tasas de supervivencia.  La detección precoz es fundamental para la supervivencia del cáncer. Por ejemplo, el cáncer de piel de tipo melanoma tiene una probabilidad de supervivencia del 98% si se detecta en los estadios primarios. Aunque no es posible prevenir con seguridad un cáncer, los factores ambientales y hábitos de vida desempeñan un papel fundamental su desarrollo. Llevar una alimentación equilibrada, realizar ejercicio físico frecuente, mantener un peso saludable, evitar tóxicos como el alcohol o el tabaco, moderar la exposición al Sol y someterse periódicamente a pruebas de detección precoz ayudan a mantener una vida sana y reducen la probabilidad de sufrir un cáncer. Fuente: Muy Intersante