En un partido cerrado ante Túnez, la selección inglesa ganó en su debut mundialista. Con un doblete de Harry Kane y un polémico penal que le dio el empate inicial a los africanos, el seleccionado de Southgate comenzó su trayecto en el Grupo G con el pie derecho. El encuentro que comenzó con un control absoluto por parte de La Rosa, rápidamente se inclinó para los ingleses. Luego de doce minutos en los que la selección africana no pudo controlar el balón ni pasar la mitad de cancha, las amenazas se transformaron en hechos y de cabeza marcaron el primer gol. De rebote, Harry Kane puso a los suyos en ventaja. Sin embargo, el cachetazo despertó a Túnez, que instantáneamente se animó a más y empezó a jugar en campo contrario. Bajo esa premisa fueron probando desde las afueras del área grande hasta que lograron el empate con un gol de penal de Ferjani Sassi. Y desde entonces, se dedicaron a mantener la igualdad. Inglaterra probó con el control de la pelota, con centros y con disparos de media distancia, pero nada pudo con la defensa replegada de los tunecinos ni con Farouk Ben Moustapha, el arquero suplente que ingresó en lugar del titular Mouez Hassen tras su lesión a los 14 minutos de juego. Anulados por el rival, Kane, Sterling, Young ni Lingard pudieron revitalizar a su seleccionado. Tampoco lo hicieron Marcus Rashford ni Ruben Loftus-Cheek, que ingresaron desde el banco. Sobre el final, La Rosa presionó y adelantó a sus defensas, jugando los últimos minutos con casi todos los jugadores en campo contrario. Y entre centros y tiros de esquina, el gol volvió a llegar por el aire. A falta de tres minutos para el final, Kane remató con la frente para llevarle tranquilidad a todos los aficionados y alejar al fantasma de los flojos debuts mundialistas de la concentración inglesa.