Martes 26.11.2024
Actualizado hace 10min.

Increíble historia: el perro que nunca deja solo a un niño autista

James es un niño de Wellington, Nueva Zelanda con autismo que no puede hablar y se siente incómodo hasta el punto de retroceder por el tacto y el contacto visual con su familia, pero afortunadamente el niño tiene a Mahe, el perro de asistencia que nunca se va de su lado.

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El mundo de James Isaac, un niño de 9 años de edad puede ser un lugar confuso y aterrador. James es un niño de Wellington, Nueva Zelanda con autismo que no puede hablar y se siente incómodo hasta el punto de retroceder por el tacto y el contacto visual con su familia, pero afortunadamente el niño tiene a Mahe, el perro de asistencia que nunca se va de su lado.

Hace poco James tuvo que ir al hospital para que le realizaran una resonancia magnética para diagnosticar la causa de sus convulsiones y a Mahe se le permitió ir con él, quedándose al lado de James en su cama de hospital. A pesar de que el niño estaba siendo sometido a anestesia general, Mahe permaneció a su lado preocupado acariciando su rostro.

Cuando Michelle esperó en la cafetería del hospital mientras atendían a James, Mahe se sentó a su lado para calmar a la madre así como calma al niño.

La ayuda de Mahe durante la visita al hospital fue muy valiosa, Michelle dice que Mahe ha sido tan importante en las salidas más habituales de James desde que entró en su vida hace dos años y medio, la vida de la familia ha mejorado enormemente.

Además de mantener a James libre de vagar o ir hacia el peligro, el perro de asistencia entrenado por Assistance Dogs New Zealand Trust mantiene en calma a James cuando están fuera en la vía pública, donde solía sentirse ansioso y temeroso, pues según Michelle salir al público con James solía ser una pesadilla.
 
Mahe está unido a James con una correa de sujeción. Si se aleja demasiado, o si empieza a correr hacia una calle concurrida, Mahe se sienta y no se mueve.

Wendy Isaacs, gerente de desarrollo de fondos del Trust, dijo que Mahe había sido elegido para el entrenamiento del autismo debido a su conducta tranquila.

“Hay una magia tal que se da entre un niño con autismo y los perros, sólo ellos pueden calmarlos. Los niños mantienen el contacto visual con el perro, pero a menudo no con sus propios padres y hermanos”. 

Si los ataques de James persisten, Mahe también podría ser entrenado para captar una señal de advertencia temprana llorando o ladrando para alertar a sus padres, dijo ella.

FUENTE: Notas de mascotas