Una verdadera pena. Lo que debía ver el mundo como una fiesta se transformó, por muchos motivos, en una vergüenza que desnuda al fútbol argentino en particular y a la sociedad y sus fuerzas de seguridad en general. Desde muy temprano, distintos hinchas de River denunciaron robos en los alrdedores del estadio como punto inicial de distintos despropósitos. Que continuaron con la agresión al micro de Boca cuando llegó al Monumental. Además, se produjeron problemas serios con fanáticos sin entradas que intentaron, y varios de ellos lo lograron, entrar al estadio. El método fue provocar avalanchas y así, en medio de ese descontrol, pasar los controles para acceder a las tribunas. Pasó en la popular y también en la platea Belgrano, donde de hecho se cerraron un par de puertas pocos minutos antes de las 16. En medio de todo, un hombre sufrió la fractura en un tobillo producto del choque entre hinchas y la policía en medio de uno de los tantos cruces que se produjeron. FUENTE: Olé