Los curas Horacio Corbacho y Nicola Corradi y el jardinero Armando Gómez comenzaron a ser juzgados en la mañana de este lunes en Mendoza por los "abusos sexuales cometidos en forma sistemática" a chicos hipoacúsicos en el Instituto Antonio Próvolo de  Luján de Cuyo. Se trata del juicio por uno de los casos de abuso sexual eclesiástico más resonante en la sociedad medocina y esperan el testimonio de 29 personas en esta primera semana, precisaron fuentes del Ministerio Público Fiscal. "El debate será a puertas cerradas y con la participación de intérpretes de lengua de señas", añadieron. Corbacho (59) está imputado por 16 hechos de abuso, entre los cuales ocho son violaciones ("abuso sexual con acceso carnal"); mientras que Corradi (83) y Gómez (57) por seis hechos de abuso sexual a cada uno, "agravado por la guarda y la convivencia preexistente con menores". La acusación formal restante del fiscal Gustavo Stroppiana es "corrupción de menores", ya que obligaban a las víctimas a ver video y revistas pornográficas. Estos acusados podrán recibir una pena de hasta 50 años de prisión. La causa tiene como condenado al monaguillo Jorge Bordón, de 51 años, quien confesó en septiembre pasado durante un juicio abreviado que era "autor de 11 abusos" y deberá cumplir diez años de prisión. Además en esta causa fue sobreseído y declarado"inimputable" Luis Ojeda (41), quien "no comprende la criminalidad de los hechos",  según dictaminó el Cuerpo Médico Forense en diciembre de 2017. El instituto donde cometieron los abusos (Gentileza La Nueva Mañana). Estos cinco acusados fueron denunciados por ex alumnos del Instituto Antonio Próvolo, ubicado en la localidad mendocina de Luján de Cuyo. Las víctimas aseguraron que fueron atacadas sexualmente cuando tenían entre 5 y 16 años mientras estudiaban y dormían en los albergues del establecimiento. Sus relatos desencadenaron una extensa investigación que incluyó numerosas declaraciones, cámaras Gesell y allanamientos en el instituto. El colectivo de "Sobrevivientes del Próvolo" pidieron que la Justicia aplique la mayor de las penas a los imputados por los aberrantes abusos a menores hipoacúsicos. Los abogados querellantes de la causa, Sergio Salinas y Oscar Barrera, denunciaron además la falta de colaboración de la Iglesia Católica en general y del Vaticano, en particular en el Caso Próvolo. Corbacho, Gómez y Bordón, ya condenado, están alojados en cárceles mendocinas, mientras que Corradi cumple con la preventiva en modalidad de domiciliaria por su avanzada edad.