Hernán Lacunza todavía no fue oficializado como nuevo ministro de Hacienda en reemplazo del renunciante Nicolás Dujovne, ya que el cambio se produjo durante el fin de semana. Debido a las urgencias derivadas por la crisis política y económica tras las elecciones primarias, el exministro de Economía bonaerense ya se puso a trabajar en su nuevo cargo. Primero se reunió con su equipo y luego lo hará, por separado, con su antecesor y con el presidente del Banco Central, Guido Sandleris. Mientras que el lunes se reuniría con el presidente Mauricio Macri. La renuncia de Dujovne se produjo al mediodía del sábado, pero la noticia recién se conoció por la tarde. El alejamiento tuvo lugar en un contexto de agravamiento de la crisis económica por la disparada del dólar luego de las PASO, en las que Fernández se impuso ante el Presidente por más de 15 puntos. Lacunza, que será el tercer ministro de Economía de Macri -después de Alfonso Prat-Gay y Dujovne- tuvo que volar de urgencia el sábado desde Neuquén -donde estaba de vacaciones junto a su familia- a Buenos Aires, después de que el Presidente lo convocara. De hecho el Gobierno envió el avión oficial Tango 10 para buscarlo. Un día después, en su primera actividad como ministro de Hacienda de la Nación desayunó en su casa con su equipo económico, integrado por Damián Bonari (su reemplazante en la Provincia), Sebastián Katz, Milagros Gismoni y Pedro Rabasa, entre otros. Luego se reunirá por separado con Dujovne y Sandleris, mientras que el lunes se encontraría con el Presidente. Fuentes oficiales informaron a TN que Dujovne había pedido su salida por los menos dos veces durante la semana pasada, pero hasta el sábado el Presidente se oponía a hacer un cambio repentino. Se evaluaron varias opciones para reemplazar al economista: Macri analizó la posibilidad de que Rogelio Frigerio fuera el encargado de reemplazar a Dujovne, pero el actual ministro del Interior descartó el movimiento de piezas. Después se barajó la posibilidad de que Hacienda fuera absorbido por el Ministerio de Producción y el Trabajo que lidera Dante Sica, pero la iniciativa no prosperó. Finalmente, Macri optó por promover a Lacunza, el hombre que María Eugenia Vidal eligió para comandar las difíciles finanzas del territorio bonaerense. La designación significa también, un importante cambio de paradigma para la economía del macrismo, ya que Dujovne fue la cara del Fondo Monetario Internacional (FMI) en la Argentina, ya que lideró el acuerdo con la extitular del organismo Christine Lagarde y se ocupaba de aplicar al detalle el programa de déficit cero. Ahora se inicia una nueva etapa en lo económico en la que Macri, tal como anticipó, buscará potenciar el consumo y el bolsillo de los argentinos para llegar con chances de entrar a la segunda vuelta electoral. Se espera que el nuevo ministro de Hacienda reciba próximamente a las autoridades del FMI, de quienes dependerá -revisión de cuentas públicas mediante- si la Argentina tendrá disponible a mediados de septiembre el desembolso de U$S5.600 millones. Estos fondos forman parte del acuerdo del tipo "stand by" alcanzado entre el Gobierno y el organismo en junio el año pasado, inicialmente por U$S50.000 millones, luego aumentado a U$S57.100 millones. Además deberá analizar la situación económica a partir de los números que heredó de la gestión del saliente ministro de Hacienda. De acuerdo a las consultoras privadas las medidas económicas anunciadas por Macri para reconquistar a las clases media y baja costarían $100.000 millones. Eso entraría en contradicción con la meta fiscal acordada entre Dujovne y Lagarde. El Gobierno consiguió en el primer semestre un superávit fiscal primario de $30.221 millones luego de que en ese período del año anterior el ala económica prendiera las luces de alarma por un déficit de $105.825 millones. Sin embargo, al considerar los pagos de la deuda pública, el superávit se transformó en déficit financiero por $287.202 millones -1,3% del PBI-. Los números para el tercer trimestre quedaron viejos: Dujovne anunció en julio que la meta fiscal primaria para septiembre pasaría de $60.000 millones a $70.000 millones, pero Lacunza deberá revisar ese objetivo tras los anuncios de Macri. Dujovne se opuso a ese gasto de $100.000 millones porque traería cortocircuitos con el FMI, pero perdió la batalla. En consecuencia, el sábado presentó su renuncia indeclinable al considerar que el Gobierno "necesita una renovación significativa en el área económica". El nuevo ministro de Hacienda tiene buena relación con el presidente del Banco Central (BCRA): Lacunza llevó a Guido Sandleris en 2016 al Ministerio de Economía bonaerense para que fuera su secretario de Finanzas. Ahora, con Lacunza en Nación, Bonari, subsecretario de Política y Coordinación Económica bonaerense, lo reemplazará en Provincia. FUENTE: TN