Estaba planteado como un mero saludo de fin de año. Pero el paso del presidente Alberto Fernández por la sala de periodistas de la Casa Rosada, posterior al brindis general en el patio de las Palmeras ante un centenar de empleados, se transformó en una improvisada conferencia de prensa, en la que la ley de Emergencia, la deuda pública, la herencia del gobierno anterior se colaron durante un largo rato. Entre micrófonos y copas, el Presidente dejó un deseo para el final de su mandato. "Si logramos una inflación de un dígito para 2023, estaré satisfecho", afirmó ante los periodistas, un deseo que su antecesor Mauricio Macri también intentó cumplir al iniciar su mandato, en 2015. Confirmó que habrá una misión del Fondo Monetario Internacional (FMI) en los próximos días, y que la deuda es un "condicionante" "Son lugares de trabajo que me traen muchos recuerdos", dijo Fernández al ingresar en la sala. Afirmó que trabaja en su despacho, pero también en el que tiene su jefe de gabinete, Santiago Cafiero. Y enseguida se puso a responder las preguntas de los periodistas que lo rodeaban, ante la mirada ansiosa de su vocero Juan Pablo Biondi. "Hay que mirar un poco para adelante, pero tenemos que saber dónde estamos parados. Ahora mi preocupación es estabilizar la economía, tranquilizar la economía para estar todos un poco más tranquilos", afirmó cuando lo consultaron por el estado general del país. ¿La ley para jubilaciones de privilegio? "Eso lo va a resolver una comisión, vamos a integrarla rápidamente, y hace falta ordenar esto, porque si no hay jubilados de primera y de segunda. Los jubilados van a tener su aumento en marzo, y veremos cómo lo podemos hacer tomando en cuenta la realidad que tenemos", agregó. En relación a la ley de Emergencia, Fernández la dio por promulgada, con algún pequeño cambio. "Se está publicando en estas horas, con un veto (..) el diputado Carlos Heller incluyó a las empresas medianas como beneficiarias de la moratoria, empresas más grandes de las que habíamos previsto. Lo que mandamos quedó, pero estamos corrigiendo", especificó. "Empezamos una nueva etapa, tenemos que estar más unidos que nunca porque hay gente que la está pasando muy mal, y la prioridad es esta gente. El Estado está tratando de equilibrar, por ejemplo en un esquema tarifario que le sirva a los que viven en sus casas y a los que producen, no sólo a los que distribuyen", afirmó, en crítica a las distribuidoras de energía. Poco y nada quiso decir sobre su antecesor Mauricio Macri, aunque dejó alguna crítica solapada. "Esta es la Argentina que todos vemos, creo que hay que dejar de hablar de la herencia, mirar para adelante, pero necesariamente hay que ver donde estamos parados, porque si no la gente se confunde. No estamos en el mejor de los mundos, claramente", dijo. Y agregó: "El Estado se ha achicado mucho, ustedes se van a ir dando cuenta. Hemos sacado decretos para revisar las últimas designaciones, y esto también es parte de la corrección del gasto del Estado", afirmó. "Tenemos la posibilidad de vislumbrar un horizonte mejor. La Argentina que viene va a ser para todos, tenemos que hacer un esfuerzo todos, olvidar las rencillas que vivimos, y hacer el esfuerzo de mancomunarnos, si atendemos a los que están últimos vamos a ser mejores", dijo, antes de fotografiarse en la vieja máquina de escribir del decano de la sala, Roberto Di Sandro, y seguir con su rutina de selfies por otros rincones de la Casa Rosada. Fuente: La Nación