En relación a la nota que tiene base en el incremento de las universidades privadas con sede en San Juan, DAME NOTICIAS le preguntó a tres estudiantes de la Universidad Católica de Cuyo sobre el estado de los edificios, que también fueron blanco de crítica en las redes sociales. Julieta, de 20 años y estudiante de Medicina, y Mariano, de 24 años y estudiante de la Licenciatura en Bioquímica, (se preservarán algunos datos de los entrevistados, al igual que en todas las notas del tratamiento de este hecho) coincidieron la carencia de instalaciones y elementos en condiciones. “A veces no hay comodidades para cursar algunas prácticas, ya que hay pocos elementos y la capacidad del espacio es reducida. Esta situación no solamente pasa en Medicina, sino que también en otras carreras con un gran número de alumnado”, enunció la joven. El estudiante de Bioquímica, destacó que el estado de los edificios donde concurre “es pobre”. “En muchas aulas, no hay ventiladores o aire acondicionado, que si están instalados en las oficinas administrativas. En invierno hay que estar rogando para que prendan la calefacción. Las conexiones de luz son deficientes en algunos espacios. Además, he sido testigo de alumnos que tuvieron que rendir o tener clases alumbrando con las linternas de sus celulares cuando se les corta la luz”, resaltó sobre las diversas falencias. “A veces, por la desorganización en los horarios, faltan lugares fijos. Por tal motivo, tenemos que movernos a otras facultades a cursar en aulas aún más pequeñas. Las prioridades están al revés. Construyen baños en vez de aulas que todos los estudiantes no puedan ocupar (el uso de este espacio está destinado solamente a los alumnos de la Diplomatura en Seguridad Ciudadana -Policía-, cuya carrera en parte está financiada por el Estado), o no amplían los laboratorios, que también son pequeños. La cuota que estamos pagando claramente no se condice con el estado edilicio ni con la calidad educativa”, abundó sobre el tema. “En las prácticas que se deben realizar en mi carrera, si se cuenta con el equipamiento necesario, pero la mayoría está guardado y no se saca. Muchas veces las actividades de laboratorio están tan desactualizadas que hay material o drogas que no se piden, y por lo tanto, no se ocupan nunca y siguen guardados. Como todo lo que no se usa, se disminuye su vida útil o se vence”, evidenció sobre el precario estado de las tareas. “De hecho, en algunos laboratorios hay falta de equipamiento. Los más nuevos no tienen campanas de seguridad y algunos microscopios no funcionan. Cabe destacar que hay cátedras que son excelentes en relación a la planificación de sus prácticas de laboratorio, y otras que son muy desorganizadas y nunca se actualizan”, siguió en su relato. “En relación a las prácticas profesionales, se sabe que hay pocos lugares y las personas que están en condiciones para empezar, deben esperar otro semestre por falta de vacantes”, concluyó sobre las prácticas en su carrera. Sobre el estado de los edificios, Natalia solamente aclaró que en la parte de la Comisión de Psicología, las instalaciones “se encuentran en condiciones”, y que desconoce “la realidad de las demás carreras”.