El Gobierno Nacional decidió abrir una serie de negociaciones con las provincias productoras de hidrocarburos y las empresas petroleras para reinstalar un precio sostén o "barril criollo" con el objetivo de evitar que la producción se derrumbe y se pierdan puestos de trabajo. La gestión de Alberto Fernández decidió que a partir del miércoles se descongelará el impuesto a los combustibles. Ese descongelamiento impositivo no tendrá impacto en el precio del surtidor dado que el incremento va a ser absorbido por las refinadoras que se ven beneficiadas por la caída del precio internacional del crudo, de acuerdo con la interpretación oficial. En este marco el Gobierno argentino está trabajando para establecer un esquema de retención variable vinculado al precio internacional del crudo que se ubicaba en torno a los 26 dólares. El ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, está llevando adelante una negociación con todos los actores para fijar un barril criollo. Las provincias productoras quieren un barril de 54 dólares. Eso les permitiría sostener la actividad y también la recaudación, ya que buena parte de sus ingresos fiscales provienen de las regalías. La Nación aplicaría un precio más bajo, en torno a los U$S40.