Muri&oacute; por coronavirus Ramona Medina, delegada de La Garganta Poderosa, una de las voces que m&aacute;s fuerte se escuchaba en el Barrio 31. Ten&iacute;a 42 a&ntilde;os, era insulinodependiente, estaba internada y hab&iacute;a reclamado por la falta de agua y el hacinamiento en la zona. Fue hospitalizada la semana pasada, y poco despu&eacute;s se confirm&oacute; que su marido, sus hijas, sus cu&ntilde;ados y una sobrina, dieron positivo y est&aacute;n internados. La Garganta Poderosa anunci&oacute; la noticia por Twitter. &quot;Nos mataron a Ramona. Apretando los dientes, golpeando el teclado, mordiendo la rabia y escupiendo l&aacute;grimas, nos toca escribir ahora esta mierda, para gritar todo eso que Ramona ya grit&oacute;. No vamos a parar, &iexcl;hasta que paguen los responsables! NO PODEMOS M&Aacute;S. #JusticiaPorRamona&quot;, public&oacute; el medio, que se muestra la dura realidad que se vive en los barrios de emergencia. <p dir="ltr" lang="es">&quot;NOS MATARON A RAMONA&quot; Apretando los dientes, golpeando el teclado, mordiendo la rabia y escupiendo l&aacute;grimas, nos toca escribir ahora esta mierda, para gritar todo eso que Ramona ya grit&oacute;. No vamos a parar, &iexcl;hasta que paguen los responsables! NO PODEMOS M&Aacute;S.#JusticiaPorRamona pic.twitter.com/2GZDShZFuk &mdash; La Garganta Poderosa (@gargantapodero) May 17, 2020 &nbsp; El pasado 3 de mayo habl&oacute; a la c&aacute;mara indignada y con iron&iacute;a. Reclam&oacute; el servicio b&aacute;sico que se hizo a&uacute;n m&aacute;s vital en &eacute;pocas de COVID-19, ya que la higiene es clave para combatirlo. &quot;Ocho d&iacute;as sin agua y nos piden que nos higienicemos&quot;, se quej&oacute;. &quot;&iquest;C&oacute;mo pretenden que no salgamos a la calle si yo tengo que salir todos los d&iacute;as a comprar agua. Ya no s&eacute; de qu&eacute; manera pedirle a este Gobierno una soluci&oacute;n para esta situaci&oacute;n, porque no se puede vivir m&aacute;s en estas condiciones. Hay una pandemia que nos est&aacute; consumiendo y nosotros seguimos sin agua&quot;, implor&oacute; en un posteo de Facebook. Integraba el grupo de riesgo de COVID-19, ya que era insulinodependiente. Era coordinadora de Salud de la Casa de la Mujer en el barrio y al igual que su marido trabajaba como gestora de tr&aacute;mites para personas con discapacidad. Se encargaba de organizar traslados a escuelas y centros de terapia, pero hab&iacute;an dejado de hacerlo por la pandemia. El foco de contagios en el barrio y otros vulnerables de la Ciudad es una preocupaci&oacute;n para los gobiernos porte&ntilde;o y nacional, que realizan testeos masivos casa por casa en esas zonas. Viv&iacute;a en la casa 79 de la manzana 35 del barrio, debajo de la autopista. No solo reclamaba el servicio de agua, ya que desde 2018 esperaba ser relocalizada en las nuevas unidades construidas por el Gobierno porte&ntilde;o. La mudanza nunca se realiz&oacute;. Compart&iacute;a la vivienda con varios familiares, que ten&iacute;an problemas de salud. Una de sus hijas es diab&eacute;tica, y la otra tiene s&iacute;ndrome de West y s&iacute;ndrome de Aicardi y permanece en silla de ruedas porque no habla, no camina, no mantiene postura y requiere ox&iacute;geno nocturno. Mientras que su suegro tiene problemas coronarios. As&iacute; resumen la historia sus compa&ntilde;eros: &quot;Cuando la casa 79 de la manzana 35 en la Villa 31 se qued&oacute; sin agua, el Barrio Mugica ten&iacute;a 13 casos confirmados y ninguna respuesta real a la crisis habitacional de much&iacute;simas familias que comprend&iacute;an vecinos en grupos de riesgo. Pero esa casa no era un caso m&aacute;s. Ah&iacute; esperaba Ramona, insulino-dependiente, cuidando a una hijita en silla de ruedas, con S&iacute;ndrome de West y S&iacute;ndrome de Aicardi, que no puede hablar, ni comer sola, ni plantear s&iacute;ntomas, ni mantener la postura: requiere ox&iacute;geno por las noches y una asistencia total&quot;. &quot;Junto a ellas, tambi&eacute;n ah&iacute;, estaban viviendo su pareja, otra hija, su cu&ntilde;ada de 62 a&ntilde;os, su cu&ntilde;ado de 68, su sobrino con problemas card&iacute;acos y su sobrina diab&eacute;tica. No por capricho, esperaban su relocalizaci&oacute;n hace 4 a&ntilde;os. Intensificaron su reclamo en 2018, cuando debi&oacute; materializarse la mudanza. Y m&aacute;s a&uacute;n cuando se declar&oacute; el aislamiento social obligatorio. Y m&aacute;s a&uacute;n, cuando los dejaron sin una gota en la canilla. Pero nunca lleg&oacute; la vivienda, ni la respuesta, ni el agua. Lleg&oacute; el coronavirus&quot;, reclamaron la semana pasada en Facebook. FUENTE: TN