Sabado 20.04.2024
Actualizado hace 10min.

Será una elección clave que definirá el rumbo del Gobierno y los liderazgos en la oposición

Tras la dura derrota en las PASO de septiembre, el Gobierno movió fichas del Gabinete y lanzó medidas de alivio económico para intentar dar vuelta la elección. Juntos por el Cambio apunta a estirar la diferencia de las Primarias y quedarse con el control de las dos cámaras del Congreso. Se renueva un tercio del Senado y la mitad de Diputados.

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Después de largos meses de campaña en un país politizado al máximo, con referentes de todos los partidos involucrados con una altísima exposición mediática y las redes sociales como centro de los mensajes dedicados a potenciar el antagonismo entre las dos fuerzas dominantes, la Argentina elige este domingo cómo quedarán conformadas ambas cámaras del Congreso Nacional hasta 2023, cuando deba optarse por una fórmula presidencial por un periodo de cuatro años y se renovarán más bancas legislativas, además de cargos ejecutivos en los 24 distritos que componen el país. Ahora, se define quién tendrá el control en Diputados y en Senadores, situación clave para los próximos pasos que deba tomar el gobierno que conduce Alberto Fernández en los meses venideros, con la negociación con el FMI, el control de precios, el dólar, la producción, las inversiones, la generación de empleo, las tarifas, la vivienda, la seguridad, la política exterior, los planes sociales y los angustiantes números de la pobreza como ejes.

Las PASO del 12 de septiembre dejaron heridas abiertas en el seno del oficialismo y el Frente de Todos, tras una contundente derrota que generó una crisis interna entre los espacios que componen la fuerza gobernante, movió fichas, publicó resoluciones, firmó decretos, activó controles, buscó acuerdos en el exterior y redobló programas de beneficios sociales en busca de los votos perdidos a manos de Juntos por el Cambio. En la principal fuerza de oposición también hubo chispazos y reacomodamientos, pero la coalición confía en mantener la tendencia de las Primarias y llegar a tener la mayoría deseada en la Cámara Alta y en la Baja. La elección tiene una segunda dimensión, decisiva, en el contexto de la crisis y la salida de la pandemia: definirá el rumbo del Gobierno para los próximos dos años y delineará los liderazgos en la oposición con vistas a las presidenciales de 2023.

Lo que está en juego, mucho más que las bancas

En Diputados se renuevan 127 bancas de las 257 que hay en total, de las que el Frente de Todos pone en juego 52, mientras que Juntos por el Cambio debe resignar 60 legisladores hasta tanto se conozcan los resultados. Mientras que la Izquierda y los liberales intentan sumar espacios dentro del Congreso.

De acuerdo a los porcentajes de las PASO, si se repitieran con exactitud -algo improbable, porque siempre surgen modificaciones, tanto por el cambio de idea o de estrategia de los electores, como por la probabilidad de una mayor cantidad de votantes que se acerquen a las urnas-, el FdT perdería tres diputados y pasaría a tener 117 de los 120 actuales; mientras que JxC sumaría uno a sus filas y lograría quedar con 116 legisladores.

De ser así, el oficialismo quedaría a 12 votos de los 129 necesarios para tener quórum propio y dependería de las negociaciones posteriores ante cada sesión para conseguir aliados, situación que, con liberales de por medio (sumarían cuatro bancas, dos por el lado de Javier Milei y otras tantas, del espacio de José Luis Espert) y partidos provinciales cercanos a la oposición, resultaría misión imposible. Por su parte, el FIT obtendría 2 escaños por la Provincia de Buenos Aires, 1 por CABA y 1 por Jujuy.

En Senadores se renuevan 24 bancas (un tercio de la Cámara), de las cuales 15 pertenecen hasta el 9 de diciembre al FdT y 9, a JxC.

Si este 14 de noviembre se repitieran los guarismos de las PASO, la alianza oficialista quedaría apenas con 35 de los 41 senadores que tiene en la actualidad, dos menos de los necesarios para tener mayoría y sesionar con quórum propio, algo que viene haciendo desde que Alberto Fernández llegó a la presidencia. De las 8 provincias que renuevan senadores nacionales en esta elección, el FdT perdió en 6 el pasado 12 de septiembre.

De igualarse los resultados, el peronismo perdería por primera vez el control de la Cámara Alta, que quedaría en manos opositoras, ya que JxC podría renovar sus 9 espacios y, además, sumar otros 5. Situación que pondría en jaque al Gobierno de Fernández-Fernández y, para avanzar en los diferentes proyectos, estarían obligados a consensuar con sectores con los que el diálogo brilla por su ausencia.

En el medio de las frías matemáticas y con el ojo puesto en el voto del sector más joven de la sociedad, que parece una franja etaria indescifrable para la vieja política, las acusaciones cruzadas volvieron a calentar el último tramo de la campaña y, lejos de cerrarse, la grieta se profundiza con cada intervención de los actores trascendentes de ambos espacios.

Con Cristina Kirchner y Mauricio Macri envueltos en complejos problemas judiciales, el Frente de Todos hizo foco en los cambios en el Gabinete tras las renuncias masivas puestas a disposición por la mayoría de sus miembros, en las arduas negociaciones con el FMI y en buscar maneras de inyectar efectivo en el bolsillo de las clases media y baja, con el slogan “los escuchamos” como bandera y corriendo del centro de la escena al Presidente; mientras que la oposición se dedicó a la crítica de cada resolución del Ejecutivo y a poner en piloto automático sus discursos para no salirse del camino y esperar que los resultados de las PASO se repitan o, para los más optimistas de JxC, se engrosen. Alrededor de las 20 de este domingo, se sabrá cómo quedó el mapa nacional y, a partir de ahí, los argentinos podrán tener una idea más clara de cómo serán los dos próximos años.