En el año 2005, en la ciudad de Arequito, asesinaron al productor agropecuario Carlos Omar Bartorelli. Por el crimen, la Justicia santafesina condenó a prisión perpetua a su mujer, llamada María Antonia Gauna, una docente correntina. Estuvo presa desde el año 2005 al 2016 y luego fue absuelta, tras apelar en la Corte Suprema de Justicia. Por esta condena injusta, la mujer le hizo un juicio a la provincia de Santa Fe, que deberá pagarle 7 millones de pesos por los daños que le generó. María Antonia Gauna contó con lujo de detalles su versión de los hechos y afirmó que el asesino fue el cuñado de su marido, quien nunca fue investigado y se quedó con los campos de Bartorelli. Gauna señaló que “la noche del crimen volvimos de cenar, yo me bajé en mi casa y mi marido fue a guardar el auto a una cochera, a una cuadra. Cuando entré a mi casa me encontré con una persona encapuchada con un arma. Cuando me redujo, me di cuenta de que era Pirulo, el cuñado de mi marido. El tipo me pedía plata; yo le di lo que tenía”. Agregó que “cuando llegó mi marido, le abrí la puerta como pude (con los brazos atados) y le dije que estaba su cuñado. El tipo lo apuntó y lo obligó a entrar. Este sujeto nos pedía plata porque mi marido había retirado 25 mil pesos del banco días antes. Nos obligó a tomar algo y nos metió en la cama. Yo tomé todo y mi marido no. Me dormí y luego desperté en el sanatorio”. Tras este crimen, la Justicia “investigó” y condenó a la mujer a cadena perpetua por asesinar a su marido con puñaladas de arma blanca. “Gracias a las pericias científicas se comprobó que yo tenía los dos tendones cortados y era imposible que me lo hubiera hecho sola”, subrayó.