Cientos de manifestantes fueron detenidos este miércoles en Moscú y San Petersburgo, después de que el preso político Alexei Navalny llamara a los rusos a protestar contra la invasión a Ucrania por parte del régimen de Vladimir Putin. En San Petersburgo, ciudad natal de Putin, la policía dispersó violentamente a los manifestantes y detuvo a un centenar de personas, según un periodista de la agencia AFP presente en el lugar. En Moscú, las fuerzas del orden cerraron la Plaza Roja, cerca del Kremlin, y detuvieron al menos a siete personas que se congregaron, mientras los altavoces advertían a la gente de que no se reuniera. Las manifestaciones del miércoles se produjeron horas después de que Navalny convocara concentraciones diarias contra el asalto militar a Ucrania, afirmando que Rusia no debe ser una “nación de cobardes asustados” y calificando a Putin de “pequeño zar loco”. En Moscú, una mujer vestida con un abrigo rojo gritó “¡No a la guerra!” antes de ser arrastrada por la policía a un furgón, según un periodista de la AFP. “Me duele ver lo que está pasando y no hacer nada”, dijo a la AFP un hombre de unos 50 años, antes de ser detenido con su hijo, de 17 años.